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domingo, 11 de abril de 2010

No puedo ordeñarte

sábado, 10 de abril de 2010

Un buen entrenamiento

Grease
¿Hasta donde se puede llegar con un buen entrenamiento?

Enfermedad vesicular porcina (EVP)

Ahora que tenemos unos focos en la zona de EVP, es el momento de recordar una serie de datos que so muy importantes para nuestra ganadería. Estos datos son patrocinados por Laboratorios SYVA.







martes, 6 de abril de 2010

Demodex canis


Teniasis


Tricuriasis


Dipylidium


Pulgas


Gusano del corazón


Otitis


Garrapatas


Giardia


Ascaris


Anquilostomas


Acaros del oido


Dermatitis


ILEÍTIS EN CERDOS -¿QUÉ SABEMOS HOY?

DESCRIPCIÓN

Lawsonia intracellularis es la causante de la enteropatía proliferativa (EP, ileítis) , una

enfermedad entérica común que afecta a cerdos criados bajo varios sistemas de

manejo alrededor del mundo. Los avances en la comprensión de la etiología y el

diagnóstico de la enfermedad han permitido nuevas ideas acerca de la epidemiología,

de la terapia y del control.

Tenemos estudios de prevalencia en Europa que indican cómo de un 20 a un 47 % de

granjas de cerdos han tenido algún caso serio de ileítis en los últimos 3 años. La

prevalencia de la infección en granjas afectadas es generalmente de un 20 a un 30 %

en los cerdos de engorde.

La edad de aparición de la enfermedad en ciclos cerrados se da entre las 8 y14

semanas de vida. En cambio la infección se retrasa en granjas "multi-sitio" donde los

cerdos destetados se separan de sus madres. Es importante utilizar la serología u otros

métodos para establecer el momento en que la enfermedad es más activa.

La medicación con tilosina o tiamulina alrededor de la época de la infección controla la

enfermedad en granjas. Actualmente se ha aprobado una vacuna que se utiliza

extensamente en los E.E.U.U. y debe estar disponible en Europa pronto. La misma ha

tenido buen éxito en la prevención de la ileítis en granjas.

ETIOLOGÍA - CARACTERÍSTICAS PATÓGENAS.

El agente etiológico de la enteropatía proliferativa es Lawsonia intracellularis, una

bacteria intracelular que crece básicamente dentro de las células epiteliales

intestinales. La infección de los cerdos con esta bacteria está relacionada con la

presencia de lesiones proliferativas en la mucosa del íleo e intestino grueso, donde los

efectos clínicos o subclínicos conocidos afectan a la ganancia de peso, conversión de

la alimentación y estado de consistencia de las heces.

Este organismo se ha aislado de los cerdos afectados con EP en Europa, Norteamérica

y Australia. Lawsonia es un vibrioide típico en forma de barra estrecha curvada. La

inoculación oral de cerdos con Lawsonia intracellularis da lugar a la infección

intracelular y las lesiones intestinales típicas de la ileítis. La tinción de las secciones

intestinales de cerdos afectados, mediante las pruebas inmunológicas especificas in

situ o los test de DNA confirman el diagnóstico y la presencia del agente.

Hasta la fecha, los cultivos de los aislamientos no han sido posibles debido la

contaminación que encontramos en los intestinos. Toda la secuenciación y análisis

proteico del DNA hasta la fecha, indican que Lawsonia tiene apenas un monotipo

genético, con un ciclo vital único en un tipo determinado de célula. Lawsonia sp puede

ser simplemente un organismo bien adaptado, que se ha extendido fuertemente,

debido al movimiento de cerdos infectados y la naturaleza del engorde comercial del

cerdo.

FORMAS CLÍNICAS.

Hay tres formas clínicas principales de ileítis: crónica, aguda y sub-clínica. Las

observaciones clínicas de casos crónicos y subclínicos incluyen generalmente diarrea,

con variación en los pesos de los cerdos, de 6 a 20 semanas de edad. La diarrea es

generalmente moderada, con trazos, suaves de color gris-verde, sin exceso de moco

evidente o sangre, véase el cuadro

cuadro : Características clínicas de los casos crónicos de la ileítis - diarrea y bajo

peso

Casos más leves pueden ser difíciles de detectar, pero aún relativamente comunes en

la piara. Por lo tanto estas granjas se deben examinar cuidadosamente para tener la

evidencia de un buen crecimiento, e identificar los casos irregulares de diarrea y cerdos

raquíticos. Es necesario revisar los resultados para detectar cambios en los aumentos

medios del peso y eficacia de la conversión de los grupos post-destetados.

Los casos crónicos más graves se asocian a menudo a cambios inflamatorios o

necróticos muy importantes en la mucosa intestinal. Estos cerdos pueden desarrollar

enteritis necrótica con la pérdida severa de condición y diarrea persistente.

Los casos de ileítis hemorrágica aguda ocurren más comúnmente en engordes o bien

en cerdos adultos de 4 a 12 meses. Estos, presentan un cuadro clínico de anemia

hemorrágica aguda, con las heces oscuras, no ligadas y esparcidas. Algunos animales

mueren repentinamente, sin ninguna anormalidad fecal y marcando únicamente

palidez. Las cerdas gestantes pueden abortar, la mayoría en el plazo de 6 días del

inicio de muestras clínicas agudas.

DIAGNOSIS.

1. Examen de tejidos en la necropsia: Las lesiones de la ileítis crónica y subclínica

ocurren más comúnmente en los últimos 50 centímetros del intestino delgado y en el

tercio superior del colon proximal incluyendo el intestino ciego. La magnitud de la

proliferación varía mucho pero en las lesiones desarrolladas la pared se engruesa

visiblemente y el diámetro total aumenta. La mucosa afectada se repliega en dobleces

profundos, longitudinales o transversales, véase el cuadro

cuadro : Mucosa engrosada del íleo en casos de ileítis

La superficie de la mucosa es húmeda pero no mucoide, a veces con trozos de

adherente inflamatorio del exudado libres.

En lesiones de menor importancia, se debe examinar el área del íleo terminal a 10

centímetros de la válvula íleo-cecal como el sitio más probable de la infección. Es

necesario ser muy cuidadoso para distinguir lesiones de menor importancia de mucosa

contraída sobre las placas de Peyer. Histológicamente, la mucosa se compone de

criptas agrandadas, de ramificaciones alineadas por las células epiteliales no maduras

y pocas o ninguna célula redonda.

Comparado con las criptas normales ( con una capa del células), las criptas afectadas

son a menudo 5, 10 o más capas celulares densas. Son muy evidentes y numerosas

las figuras mitóticas que se ven a través de la cripta.

Estas características histológicas nos ayudan para un diagnóstico de ileítis. La

confirmación de la presencia de bacterias intracelulares se puede hacer mediante la

tinción de plata de secciones, y de la confirmación que éstas son L.intracellularis se

puede hacer por medio de un anticuerpo monoclonal específico en inmunocadenas

rutinarias de secciones fijas, véase el cuadro.

cuadro: Mancha inmunológica del íleo de un

caso de ileítis.

Las bacterias intracelulares no son visibles en

algunas secciones. En enteritis necrótica, una

necrosis coagulante con exudados inflamatorios

marcada se sobreponen a la lesión establecida en

EP. Las masas caseosas amarillo-grisáceas que

se adhieren a la mucosa están presentes y pueden

seguir engrosando la mucosa.

Los restos de epitelio proliferante en las capas

profundas confirmarán el diagnóstico de la enteritis

necrótica. En ileítis hemorrágica aguda, se engrosa

y hace más túrgido el íleo y el colon proximal

apareciendo edema seroso.

El lumen contiene generalmente uno o más coágulos formados de sangre, con a

menudo otros líquidos sanguinolentos o contenido de alimentación. El recto puede

contener heces negras, alquitranadas de la mezcla de sangre y alimento digerido. La

superficie mucosa del intestino afectado muestra poca evidencia de puntos

hemorrágicos, úlceras o erosiones, sólo el grosor hiperplástico está presente.

2. Análisis de PCR de heces: Se han desarrollado análisis muy exitosos y específicos

de PCR usando "primers" derivados de varias porciones de la secuencia de la DNA de

Lawsonia. El PCR se ha utilizado para detectar el DNA de Lawsonia en los tejidos finos

intestinales (frescos o fijados en formalina) o en las heces de cerdos y otros animales

huéspedes.

El uso del PCR en muestras de heces requiere una atención considerable a los

métodos apropiados de manera que la extracción del DNA bacteriano libre de

sustancias inhibitorias se usa cómo modelo para el PCR.

El PCR tiene la ventaja de determinar si un cerdo está sufriendo una infección activa

actual, no obstante tiene las desventajas de ser costosa y de baja sensibilidad.

3. Serología de la ileítis: Los progresos recientes en la disponibilidad del antígeno y

los anticuerpos secundarios en los análisis serológicos para la detección de los

anticuerpos de IgG de los cerdos contra Lawsonia han hecho que los análisis sean muy

certeros. Ahora en Europa encontramos kits comerciales de inmunofluorescencia, tal

como el "Ileitest". El análisis serológico tiene la ventaja de ser relativamente barato y

específico, pero como todas las pruebas serológicas, tiene la desventaja de indicar sólo

la exposición anterior, no necesariamente la infección activa. Se conoce de manera

extensa en Europa el uso de esta terapia para monitorizar infecciones en granjas y

correlacionar esto con una terapia efectiva.

TERAPIA DE LA ILEÍTIS.

Los estudios realizados in vitro han examinado las posibles concentraciones mínimas

inhibitorias de varios antibióticos contra Lawsonia intracellularis. Varios estudios de

desafío frente a ileítis en cerdos ya incluyen valoraciones controladas de la eficacia

terapéutica de los antibióticos orales, como la tilosina y la tiamulina.

La ileítis típicamente afecta a una parte elevada de los animales pertenecientes a los

lotes de una nave (alrededor del 20% normalmente), haciendo que la situación requiera

una atención clínica individual de éstos. Por lo tanto, es vital que el tratamiento eficaz

sea administrado al animal afectado y a todos aquellos que hayan estado en contacto.

El uso de formulaciones solubles o de premezclas es una opción realista para el control

temprano de una situación clínica de ileítis. Los antibióticos que no son eficaces en

situaciones de desafío incluyen la bacitracina, virginamicina, penicilina, salinomicina y

las fluoroquinolonas. Los programas de medicación de destino ya no solamente se

consideran como la manera más rentable de tratar la enfermedad, sino también la

manera activa de utilizar los antibióticos.

El uso de la serología permite determinar claramente cuando los cerdos han

desarrollado anticuerpos y, en consecuencia, han estado expuestos a Lawsonia. El

resumen de los muchos estudios realizados recientemente podría ser que el modelo

típico, en una granja de ciclo cerrado, es que tan sólo un número muy pequeño de

animales positivos o excretores ocurre en los verracos, las cerdas vacías y las

gestantes, las cerdas de maternidad y los lechones recién nacidos. Muchos lechones

jóvenes tienen cierta transferencia de anticuerpos maternos perceptibles, pero ésta

disminuye aproximadamente a las 3-5 semanas. En la mayoría de las granjas de ciclo

cerrado estudiadas, se detecta un crecimiento rápido del número de animales positivos

y excretores en algún punto de la transición, alrededor de las 8-14 semanas de edad.

Por lo tanto, el uso eficiente de los programas de medicación pasa por un conocimiento

de la epidemiología de la enteropatía proliferativa (EP) en granjas. En estas granjas, la

medicación, administrada aproximadamente al mismo tiempo que estalla la infección,

permitiría probablemente la exposición e inmunidad, pero reduciría la ocurrencia de

evidencias clínicas manifiestas. Se ha llevado a cabo un informe de esta combinación

del control de la respuesta de los cerdos por diagnóstico y el uso de los programas de

medicación en la propia granja, con tilosina o tiamulina en pienso presentando ambas

una buena actividad.

Los programas de medicación iniciados después de la exposición tienen más

probabilidades de desarrollar una terapia e inmunidad específicas en aquellas granjas

con un problema de ileítis en proceso.

Una forma distinta de la epidemiología de la ileítis se ha detectado en algunas granjas,

en particular en aquellas que trabajan con un sistema de múltiples sitios, donde los

lechones destetados se separan de las maternidades. En estas situaciones, parece ser

que el rápido crecimiento en el número de animales positivos y excretores tiene lugar

más adelante en la transición, a menudo entre las 12 y 25 semanas de edad. En estas

situaciones, es probable que la medicación antes de la exposición sea

contraproducente, ya que puede reducir la inmunidad, permitiendo que la ileítis aguda

tenga lugar.

Nuestros recientes estudios experimentales indican que una medicación continua, en

especial a altas dosis durante el período de engorde, tiende a reducir el nivel de

inmunidad frente a la ileítis, medido por las respuestas serológicas al desafío y por la

susceptibilidad al re-desafío. Entonces, es probable que los niveles continuos de

antibióticos anti-Lawsonia administrados a los cerdos, antes de la exposición, puedan

prevenir la infección, pero también pueden impedir el desarrollo de la inmunidad y

ampliar la susceptibilidad a la infección.

Otra sugerencia es la de sostener que el uso de antibióticos a los niveles mínimos de

eficacia permite el posible progreso de la infección y la inmunidad. No obstante, en

nuestros estudios, los cerdos mantenidos a niveles bajos y continuos de antibióticos en

pienso no se infectaron con L. intracellularis, después de la exposición inicial y por lo

tanto no desarrollan inmunidad a la infección por L. intracellularis, mientras que otros

cerdos con la misma medicación no se protegieron y desarrollaron evidencias clínicas y

excretaron la bacteria. Podemos concluir que estas estrategias minimalistas y otras de

programas de medicación continua no son fiables para el control. Pueden incluso dar el

efecto de resistencia adquirida al antibiótico en uso.

PREVENCIÓN DE LA ILEÍTIS.

Los estudios de campo y de desafío-exposición indican que la infección por Lawsonia

puede persistir en algunos cerdos como mínimo durante 10 semanas, con la

transmisión de bacterias en las heces. Los cerdos de destete-engorde como cualquier

otro animal reproductor pueden desempeñar un papel importante en la transmisión a

animales más jóvenes y susceptibles, vía heces infectadas. Los resultados de

laboratorio y los estudios de desafío sugieren que Lawsonia puede ser viable fuera del

hospedador principal al menos durante dos semanas con ciertas condiciones. La

posibilidad que la contaminación fecal de los corrales, comederas y equipamiento

pueda conducir a una infección de ciclo continuo entre los nuevos cerdos, con la

subsiguiente excreción de bacterias en las heces de los cerdos en contacto con la

infección, supone una problemática para el control potencial. La inoculación de L.

intracellularis en animales, que potencialmente pueden ser causantes de problemas en

una granja como pueden ser las ratas y los ratones, ha dado resultados contradictorios.

Un estudio indicó que éstos desempeñan un papel de menor importancia en la

transmisión de la enfermedad, pero en otros estudios ratas y ratones infectados fueron

capaces de llevar y de excretar L. intracellularis porcina.

Los estudios de los corrales expuestos a la infección evaluaron la infección en cerdos

centinela en contacto con los cerdos desafiados. En otro estudio la transmisión ocurrió

a pesar del uso de procedimientos rutinarios de limpieza en los corrales.

Se ha evaluado la eficacia de varios desinfectantes contra L. intracellularis. Mezclas de

cetrimida (concentración final de 3.3% p/v), povidona yodada o lejía de hipoclorito de

sodio con suspensiones de L. intracellularis resultaron ser eficaces para la eliminación,

mientras que los desinfectantes fenólicos son menos eficaces. Los estudios de desafío

previos indicaron que solamente una inoculación moderada de desafío (106-108

organismos) fue necesaria para iniciar la infección intestinal patógena y que la

excreción fecal persistente podía ocurrir. Los resultados posteriores destacan que sin

una bioseguridad adecuada, la extensión de la infección entre grupos de cerdos de un

sólo edificio o granja puede ser rápida y de gran envergadura.

Las vacunas protectoras (Enterisol Ileítis) ya están disponibles en los EE.UU. y pronto

se autorizarán en Europa. Mientras que otras vacunas entéricas, por ejemplo para

Brachyspira spp, generalmente han tenido un resultado pobre en cerdos. El desarrollo

de la inmunidad a L. intracellularis se ha demostrado durante brotes naturales y

experimentales de ileítis. Las lesiones macroscópicas y microscópicas típicas de ileítis

son perceptiblemente menos frecuentes en los cerdos vacunados (P 0.05). Los

ensayos en granja han confirmado la utilidad de la vacuna si se usa correctamente

antes de la exposición. Otras compañías han patentado diferentes partes del genoma

de Lawsonia y pueden desarrollar otras estrategias vacunales. Es posible que la ileítis

pueda asemejarse a los problemas de Mycoplasma en que se use tanto la terapia

vacunal como la antibiótica para el control de la enfermedad

Articulo de :STEVEN MCORIST Tufts University College of Veterinary Medicine, North Grafton, MA 01536, USA.

DISENTERIA PORCINA

LAS ENTEROPATÍAS PORCINAS A REVISIÓN

DISENTERÍA PORCINA

La disentería porcina (DP) es una enfermedad

que afecta exclusivamente al intestino grueso

del cerdo y que causa una colitis mucohemorrágica

que se manifiesta por la

eliminación de heces blandas que pueden

contener mucus, material necrótico o sangre

en los casos más graves y por un retraso del

crecimiento y un aumento del índice de

conversión muy notables en los cerdos

afectados.

Aunque puede afectar a todas las edades, el

cuadro clínico se observa con mayor

frecuencia en cerdos de cebo.

HISTORIA.

La enfermedad se describió por primera vez en 1921, pero su etiología exacta no se

aclaró hasta 1968 cuando Terpstra comprobó que los sueros de cerdos que la habían

padecido reaccionaban con espiroquetas procedentes del intestino de los cerdos

enfermos. El mismo año el español Tesouro observó mediante microscopía óptica y

electrónica del contenido de colon y de heces de cerdos enfermos espiroquetas

asociadas con los signos clínicos y lesionales de la disentería.

En 1971 Taylor y Alexander aislaron por primera vez espiroquetas betahemolíticas

anaerobias de las heces de cerdos enfermos y reprodujeron la enfermedad.

Simultáneamente en Estados Unidos Harris y colaboradores llegaron a las mismas

conclusiones y denominaron al agente

Treponema hyodysenteriae

. Stanton y

colaboradores en 1991 utilizaron análisis genómicos para demostrar que esta bacteria

era distinta a otras del género

Treponema
y propusieron la denominación de

Serpulina

hyodysenteriae

. En 1997 Ochiay y colaboradores demostraron que esta bacteria tenía

una homología mayor con bacterias del género

Brachyspira

que con las del género

Serpulina y propusieron la denominación actual de

Brachyspira hyodysenteriae

.

DISTRIBUCIÓN, INCIDENCIA E IMPORTANCIA ECONÓMICA.

La disentería porcina tiene una distribución mundial. Históricamente se describe que en

muchos países estaban infectadas del 30 al 40 % de las granjas. La construcción de

granjas nuevas que se llenaban con reproductores libres de la enfermedad, el uso de

sistemas de destete precoz y producción en puntos separados así como la

implantación de programas de bioseguridad y de control hizo disminuir su incidencia.

La prohibición del uso de productos activos contra el agente etiológico, como el

carbadox o los benzimidazoles, y la reciente y constante retirada de antibióticos

promotores del crecimiento ha hecho que su incidencia aumente de nuevo siendo hoy

día aún una de las enfermedades entéricas que se diagnostican con mayor frecuencia.

En España, la incidencia de la disentería ha aumentado en los últimos años. El

aumento de tamaño de las explotaciones, la concentración de las mismas, la reposición

con cerdas portadoras y los fallos en las medidas de bioseguridad asociados a la

retirada de promotores del crecimiento y a la restricción del uso de antibióticos en el

cebo son factores que contribuyen a que en este momento se diagnostique disentería

con mucha mayor frecuencia. Indudablemente, a ello también ha contribuido la mejora

en las técnicas de diagnóstico.

En un estudio reciente que hemos llevado a cabo en Castilla y León sobre 1.300

muestras de heces procedentes de 151 granjas con problemas de diarrea, hemos

diagnosticado disentería en el 30 % de estas granjas. Detectamos también la

enfermedad en muestras que llegan a nuestro laboratorio procedentes de todo el

territorio español con una frecuencia elevada y un aumento notable de esta

enfermedad en cerdos ibéricos.

La disentería es una de las enfermedades económicamente más graves en producción

porcina. Cuando una granja se infecta por primera vez, si no se efectúa un tratamiento

inmediato, la morbilidad se sitúa en torno al 90 % y la mortalidad puede superar el 50

%. La disentería se hace enzoótica en las granjas infectadas. En esta forma enzoótica

el cuadro clínico es menos evidente pero las pérdidas indirectas son elevadas y

constantes, pudiendo superar los 10 euros por cerdo cebado.

ETIOLOGÍA.

Brachyspira hyodysenteriae

es una bacteria gram negativa de morfología espirilar. Es

móvil en medios viscosos, como el mucus intestinal, lo que le permite alcanzar la

mucosa intestinal y lesionarla y anaerobia, pero no se destruye por exposición al

oxígeno, lo que le facilita el mantenerse viable en el ambiente.

Los cerdos enfermos pueden eliminar de 10

7 a 109

bacterias por gramo de heces. Para

el aislamiento es necesario utilizar medios enriquecidos con sangre, atmósfera

anaerobia y antibióticos que inhiban el crecimiento de otra flora.

Desde un punto de vista práctico, la característica más importante de

B. hyodysenteriae

es su resistencia en el ambiente. A temperatura de 10°C y en presencia de materia

orgánica puede mantenerse viable más de 70 días. Se mantiene viable mucho menos

tiempo si la temperatura es más elevada: en heces mantiene la viabilidad 7 días a 25°C

y solo 24 horas a 37°C. También es muy sensible a la desecación y a la acción de la

mayor parte de los desinfectantes, principalmente a los fenólicos y a los compuestos de

cloro.

Dentro de la especie

B. hyodysenteriae

y en función de la composición del

lipopolisacárido de la membrana externa se distinguen 11 serogrupos denominados

con letras de la A a la K cada uno de los cuales puede contener diferentes serovares.

La prevalencia de los serovares varía con cada país y en cada serovar puede haber

cepas de distinta virulencia.

B hyodysenteriae

tiene una serie de factores de patogenicidad que le permiten

colonizar la mucosa del intestino grueso y lesionarla. Los principales son su motilidad

mediante endoflagelos, su capacidad de adherirse a los enterocitos e invadirlos, la

producción de una hemolisina citotóxica y la capacidad de sobrevivir en presencia de

cierta cantidad de oxígeno. El lipopolisacárido de su membrana externa actúa como

una endotoxina que activa la producción de citoquinas, que desencadenan una

respuesta inflamatoria en la mucosa, y del factor de necrosis tumoral que induce

trombosis vasculares y causa necrosis en los tejidos. Además produce proteasas que

contribuyen a la virulencia disociando la capa de mucus y provocando alteraciones de

la barrera formada por los enterocitos, de las membranas celulares y de la matriz

extracelular.

EPIDEMIOLOGÍA.

B. hyodysenteriae

infecta principalmente al cerdo, pero puede infectar a otras especies

de forma transitoria y sin cuadro clínico, como los ratones, las ratas, los perros y aves

como los estorninos. Se han descrito cuadros clínicos en granjas de ñandúes.

El ratón juega un papel importante en la epidemiología porque puede infectarse con

dosis bajas de bacterias y excretarlas en las heces durante 6 meses. Los otros

portadores tienen un papel epidemiológico menos importante. El perro es portador

durante 13 días, la rata durante 2 días y los estorninos durante solo 8 horas.

La principal fuente de infección son los cerdos portadores que pueden tener cuadro

clínico o ser asintomáticos. Los cerdos curados de la enfermedad pueden continuar

eliminando la bacteria en las heces durante más de 70 días sin signos clínicos, aunque

generalmente esta excreción es mucho más corta, de forma que solo un 20 % de los

cerdos siguen siendo eliminadores a los 20 días.

Una vez infectada una granja, la infección se hace enzoótica y las cerdas madres

contaminan a sus camadas durante la lactación aunque el cuadro clínico no se suele

observar hasta la fase de cebo.

La transmisión a través de fómites también es muy fácil debido a la alta resistencia de

la bacteria a las condiciones ambientales. Los vehículos, la ropa, el calzado o los

utensilios contaminados con heces pueden transportar la bacteria desde granjas

infectadas a granjas libres o bien de una parte de la granja a otra.

PATOGENIA.

La infección es siempre oral.

B. hyodysenteriae

resiste el pH ácido del estómago y

alcanza el intestino grueso. Su capacidad de movimiento le permite atravesar la capa

de mucus y alcanzar las criptas del colon donde se multiplica dando lugar a cuadro

clínico y lesional cuando la concentración supera las 10

6 bacterias por cm2

de mucosa.

En los cerdos infectados hay un cambio en la flora bacteriana del intestino grueso, que

pasa de ser una flora compuesta principalmente por bacterias gram positivas no

móviles a otra formada principalmente por gram negativas.

En los cerdos infectados se observan espiroquetas en la capa de mucus que cubre el

epitelio y en las criptas, en las células caliciformes, en los espacios intercelulares, en el

citoplasma de las células epiteliales degeneradas y, a veces, en la lámina propia en

cavidades alrededor de los vasos sanguíneos.

Esta espiroqueta no se une a la superficie luminal de las células epiteliales sanas, sino

que se une y penetra en el citoplasma de las células alteradas. Una característica

importante de la disentería es la alteración rápida de la cohesión entre las células

epiteliales del colon, principalmente en el fondo de las criptas.

La necrosis y la eliminación de las células epiteliales alteradas expone los pequeños

vasos sanguíneos y origina hemorragias variables. La mucosa lesionada también se

hace susceptible a la invasión por otros componentes de la microflora como el protozoo

Balantidium coli

y la exposición a material antigénico de la luz intestinal puede causar

potencialmente otras lesiones inmunomediatizadas.

En zonas adyacentes a las colonizadas por las espiroquetas hay también degeneración

epitelial y necrosis. Estas lesiones pueden ser debidas a los efectos tóxicos del material

de la membrana externa, que induce la producción del factor de necrosis tumoral y de

IL-1ß, así como a la acción citotóxica de las hemolisinas.

La función intestinal se mantiene sin cambios en los cerdos infectados, pero en el

intestino grueso hay una pérdida masiva de Na

+, Cl-, HCO

3

-

y agua como resultado del

fallo en la absorción. Este fallo es especialmente importante en el cerdo, puesto que en

esta especie el intestino grueso es el lugar principal para la reabsorción de agua y

electrolitos. Hay una disminución en el flujo de sodio y cloro desde la luz al torrente

circulatorio, pero el flujo desde la sangre a la luz intestinal y la permeabilidad de la

mucosa no sufren alteraciones esenciales.

CUADRO CLÍNICO.

Zona perineal manchada por la

diarrea

Los signos clínicos de la disentería porcina pueden

ser muy variables. El cuadro más típico comienza por

una ligera apatía y anorexia y una diarrea oscura que

al principio puede ser difícil de observar en un grupo

de cerdos alojados en pisos de rejilla.

Más tarde, la mayoría de los cerdos tienen una

diarrea de consistencia similar a cemento, más o

menos líquida que mancha la zona perineal y los

flancos y que puede verse en el suelo de los corrales.

El color de las heces varía del gris a un marrón oscuro y progresivamente van

apareciendo estrías de sangre fresca, mucus brillante y material necrótico. En algunos

cerdos se ve una diarrea francamente sanguinolenta con eliminación de sangre fresca

que mancha la zona perineal. Los cerdos van quedando progresivamente retrasados,

con el lomo arqueado y los flancos hundidos y algunos tienen una grave deshidratación

y mueren.

Heces con material necrótico y sangre Retraso en el crecimiento de los cerdos más

afectados

La mortalidad sin tratamiento puede superar el 50 % y las muertes comienzan unos

cinco días después de verse los primeros signos clínicos. Habitualmente la mortalidad

es menor pero hay un retraso del crecimiento que puede retrasar la salida a matadero

hasta un mes y un aumento del índice de conversión que puede superar los 0,8 puntos.

Muchos cerdos quedan como saldos que hay que enviar al matadero a un precio muy

por debajo del de un cerdo sano.

La expresión clínica de la disentería se ve influenciada por diversos factores que

pueden hacer que el cuadro clínico varíe desde uno con signos clínicos leves y difíciles

de observar, hasta uno mortal. La microflora digestiva es de capital importancia. Es

posible producir la enfermedad en cerdos gnotobióticos, pero el inóculo necesario es

mucho más elevado que en cerdos convencionales. La dieta es otro de los factores que

modulan el cuadro clínico y que influyen también en la composición de esta microflora.

La suplementación con Zn tiene un efecto protector y la deficiencia en Se y vitamina E

aumenta la receptividad.

Las manifestaciones clínicas de la enfermedad son tanto más leves cuanto más

digestible sea la dieta y menos material sin digerir alcance el intestino delgado. En este

sentido, las dietas suplementadas con enzimas, con ácidos o con probióticos tienen un

efecto protector.

Los factores estresantes favorecen que el cuadro clínico sea más grave. Se ha

comprobado que el frío, la superpoblación, el transporte y la mezcla de cerdos son

factores predisponentes. El estrés del parto también puede hacer que una cerda no

eliminadora comience a excretar la bacteria en las heces y contamine a sus lechones.

Otro factor importante es la virulencia de la cepa. Se han encontrado cepas en cerdos

sanos que son completamente avirulentas en condiciones experimentales y otras que

tienen una gran capacidad patógena.

Las condiciones de alojamiento de los cerdos también pueden hacer que el cuadro sea

más o menos grave. Si existe un gran contacto con heces, las dosis infectantes son

mucho más elevadas y, en consecuencia, el cuadro clínico es más grave.

El empleo de promotores del crecimiento puede dificultar la observación de la

enfermedad o hacerla muy difícil. Cabe pensar que, en un futuro próximo, cuando se

prohíban los promotores del crecimiento que aún están autorizados, la incidencia de la

disentería aumente.

En Estados Unidos, donde aún se puede emplear el carbadox, la disentería es un

problema mucho menor que en Europa, donde no se puede emplear este producto que

tiene una eficacia muy elevada contra

B. hyodysenteriae

.

LESIONES.

Los cerdos afectados tienen emaciación y deshidratación, el pelo es largo y con mal

aspecto y el periné está manchado de heces. En la necropsia las lesiones quedan

restringidas al intestino grueso. Externamente se aprecia que la pared intestinal no

tiene el brillo normal, sino que tiene un aspecto mate y hay edema, hiperemia de los

vasos mesentéricos e inflamación de los ganglios linfáticos correspondientes.

Aspecto del intestino grueso Mucosa del colon

Las glándulas de la submucosa del colon son más prominentes de lo normal y se

observan a través de la serosa como focos blanquecinos de 1 a 3 mm de diámetro

distribuidos uniformemente y más visibles en las infecciones crónicas.

Al abrir el intestino grueso, el contenido es más blando y mucoso de lo normal y a

veces se observan estrías de sangre y material necrótico. La mucosa está engrosada,

ha perdido su apariencia rugosa y está cubierta de mucus, fibrina y estrías de sangre.

En los casos más avanzados, hay pseudomembranas mucofibrinosas con sangre que

cubren áreas de la mucosa más o menos amplias o zonas necróticas amplias.

INMUNIDAD. No todos los cerdos recuperados de la enfermedad tienen una inmunidad total. En estudios experimentales se ha comprobado que una proporción variable de ellos vuelven a padecerla tras una segunda infección. Esto explica porqué a veces un grupo

de cerdos padece varios brotes de la enfermedad.

La inmunidad natural se cree que es específica del serotipo determinado por el lipopolisacárido de la membrana externa, aunque hay una protección heteróloga limitada entre unos serotipos y otros. Aunque este hecho no suele ser importante a nivel de granja porque lo normal es que esta esté infectada con un solo serotipo, si lo es para el desarrollo de vacunas en las zonas donde existe más de un serotipo.

DIAGNÓSTICO. El cuadro clínico y lesional y la epidemiología de la enfermedad en la granja permiten hacer un diagnóstico presuntivo de disentería, pero la confirmación exacta ha de hacerse siempre mediante diagnóstico de laboratorio. La diarrea que afecta a cerdos de cebo y reproductores con heces que contienen mucus y sangre asociada a unas lesiones restringidas al intestino grueso pueden hacer sospechar que se trata de disentería.

En el caso de que fuera salmonelosis o enteropatía proliferativa existen también lesiones en el intestino delgado.

En el laboratorio el diagnóstico de la disentería es complicado por las necesidades de cultivo de la espiroqueta.

El aislamiento a partir de heces lo dificulta la gran cantidad de flora digestiva presente, que crece con más facilidad que B. hyodysenteriae.


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