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martes, 28 de noviembre de 2017

La resistencia a los antibióticos, un problema de índole mundial

El grupo de Microbiología Genómica de la UBU se centra en el estudio de las resistencias antibióticas / En verano describía la presencia en Europa del gen mcr3 resistente a la colistina en animales

Desde la antigüedad el ser humano ha utilizado compuestos orgánicos para el tratamiento de enfermedades infecciosas, como el extracto de algunas plantas y hongos de algunos quesos. Ya en el siglo XX, el descubrimiento de la penicilina supuso importantes avances en la medicina, la salud y la calidad de vida de las personas. A partir de ese momento, comenzaron a desarrollarse diversos tipos de antibióticos, con los que se logró tratar toda clase de infecciones, lo que supuso un gran descenso de la tasa de mortalidad.

Sin embargo, la resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo. La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos y es que son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos

«Uno de los mayores descubrimientos de este siglo en biomedicina han sido los antibióticos, pero la aparición de las resistencias a algunos antibióticos está suponiendo uno de los mayores problemas», explica David Rodríguez, profesor y director del área de microbiología en la Facultad de Ciencias de la UBU.

Actualmente «25.000 personas fallecen por infecciones asociadas a resistencias a antibióticos en Europa, 700.000 a nivel mundial» y «se estima que antes del 2050 serán más de 10 millones en el mundo», comenta el experto, quien hace hincapié en la gravedad del problema recordando que las actuales cifras de mortalidad en las tres enfermedades que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como «estratégicas»- malaria, sida y tuberculosis- «están dejando cifras que se mueven entre un millón y un millón y medio de fallecidos al año».

En este sentido, Rodríguez recuerda que la organización ya ha advertido que este problema de resistencias «podría llevarnos a una era 'postantibiótica', lo que supondría volver a la era 'preantibiótica', es decir, dejar la cura de ciertas enfermedades en manos de la suerte».

A día de hoy y «especialmente en el ambiente hospitalario» existen «diversas bacterias que son clasificadas como 'multiresistentes'- que tienen resistencia a más de dos familias de antibióticos-; 'extremadamente resistentes'- resisten a todas las familias de antibióticos, excepto a dos- y 'panresistentes', que lo son a todas las familias antibióticas», explica el profesor.

La resistencia de las bacterias «es un proceso evolutivo y no debemos olvidar que desde el descubrimiento de la penicilina hasta hoy, el uso de los antibióticos ha sido masivo con lo cual la aparición de resistencias también se ha ido fortaleciendo». Y es que las bacterias, además de ser capaces de transmitir la resistencia de 'bacteria madre' a 'bacteria hijo' «son capaces de hacerlo también de 'manera transversal', es decir, a sus vecinos.». Esa transmisión se produce «gracias a un fragmento de ADN denominado plásmido».

La resistencia a los antibióticos aparece por dos motivos principales. Por el lado humano, «debido al mal uso de los antibióticos y es que, muchas veces en cuanto se nos pasan los síntomas dejamos el tratamiento sin cumplir con los días recomendados o simplemente tomamos antibióticos caducados, por ejemplo».

Por el lado animal, «hasta hace muy poco no se había implantado la receta electrónica por lo que cualquier ganadero podría ir a una comercial y comprar los antibióticos sin prescripción y sin un criterio facultativo», comenta. Además, «los antibióticos producen un desajuste intestinal que, en el caso de los animales, permite que dándoles la misma comida engorden más por eso los antibióticos se han usado durante mucho tiempo como promotores del crecimiento». Esta práctica está prohibida en Europa «desde principios de siglo pero no en otro países como China». En países como el nuestro, asociado a la producción intensiva y a las política de precios «se hacen los llamados tratamientos metaterapéuticos, es decir, tratar un proceso infeccioso, que sabemos que va a ocurrir, antes de que ocurra». Es el caso del momento del destete de los cerdos, «se les administra antibiótico porque en ese momento se estresan y sufren la llamada diarrea postdestete y para evitar una ruina económica se pone el antibiótico».

Colistina

Precisamente una de las principales líneas de trabajo del grupo de Microbiología Genómica que dirige Rodríguez es analizar la ecología de la resistencia a antibióticos de la cadena alimentaria, con una perspectiva 'One Health', es decir, no solo de la granja a la mesa sino desde la granja al hospital porque «colaboramos con la producción primaria de la cadena alimentaria y con los hospitales- especialmente con el Río Hortega de Valladolid».

Ahora el grupo de investigación se centra en el estudio de la ecología de resistencia a la colistina, un antibiótico de los denominados 'de último recurso', es decir, de los que se administran «cuando ya no funciona ningún otro antibiótico, para evitar el fallecimiento». Este antibiótico, «muy usado en el mundo animal», produce un efecto nefrotóxico en humanos por lo que «se descartó su uso en este ámbito hasta que hace unos años, cuando vimos que nuestro arsenal de antibióticos se agotaba porque cada vez aparecen más resistencias y las farmacéuticas no desarrollan nuevos antibióticos ya que no les es rentable, de ahí que se utilice como 'último recurso'».

Precisamente hace dos años, aparecía en China un gen resistente a la colistina asociado a un plásmido, el mcr1. Desde ese momento, «se ha descrito en todo el mundo- incluido España- tanto en animales como en humanos», explica el profesor. Ya el verano pasado «se describía el mcr2 en Bélgica, este verano se describió el mcr3 en China y nuestro grupo de investigación lo encontraba en España en animales y compañeros de Dinamarca en humanos». El pasado septiembre «volvía a describirse un nuevo gen resistente a la colistina, el mcr5», que «al estar mediado por un plásmido se puede transferir muy fácilmente a otras bacterias».

Estas apariciones, suponen la existencia de muchas resistencias a antibióticos como la colistina lo que es, sin duda, «un problema muy grave». A raíz de estas apariciones, la Agencia Española del Medicamento y el ministerio de Sanidad «han mostrado una gran preocupación porque España es el país Europeo que más antibióticos consume, más del doble que el segundo de la lista» y es que «tenemos la primera población de cerdo del continente y la segunda de ovino y vacuno, somos un país ganadero». Por ello y para evitar males mayores, «este último año se ha decidido reducir el consumo de colistina y de antibióticos a nivel general en producción primaria».

El grupo se centra ahora en nuevos retos con la investigación de otro gran grupo de antibióticos, los carbapenemos. «Nos centraremos en el estudios de sus genes- los carabapenemasas- y es que, cuando fallan las penicilinas se suelen usar estos antibióticos». Además, en colaboración con el hospital vallisoletano, el grupo trabajará en mejorar la vigilancia y el diagnóstico genético en centros sanitarios. «Nuestra idea es tratar de minimizar el tiempo de diagnóstico usando herramientas genómicas».

En cuanto a la vigilancia en el ámbito hospitalario, «queremos que sea de carácter rutinario y no asociada a brotes de bacterianos, es decir, cuando aparecen varios pacientes con la misma bacteria» y es que «muchas bacterias son capaces de sobrevivir en el ambiente y crear problemas, por ejemplo, en una UCI». Sin duda, «queda mucho trabajo por hacer».

Fuente http://www.elcorreodeburgos.com/noticias/burgos/resistencia-antibioticos-problema-indole-mundial_162814.html

Los gatos previenen el asma en los recién nacidos

Los gatos previenen el asma en los recién nacidos

Un estudio señala que estos felinos inhiben la activación de un gen que dobla el riesgo de padecer la enfermedad

Los gatos inhiben la activación del gen 17q21.
 Aproximadamente el 15 por ciento de la población mundial padece alergia al pelo de los gatos. Se trata de uno de los alérgenos más habituales en la actualidad y, si a esto le sumamos que uno de cada cuatro de estos pacientes también tiene asma (asma alérgica), se puede afirmar que existe una relación directa entre la inflamación de las vías respiratorias y tener un gato cerca. Sin embargo, un estudio acaba de probar que, al menos en neonatos, estos felinos ayudan precisamente a prevenir el desarrollo del asma.

Se trata de una investigación llevada a cabo por el Centro de Estudios de Copenhague sobre el Asma en la Infancia (Copsac), que concluye que los gatos neutralizan en los recién nacidos la activación de un gen que duplica el riesgo de que desarrollen asma. De hecho, la presencia de un felino en casa con neotatos impide la activación del gen a lo largo de toda su vida.

Un descubrimiento que va más allá de la simple vinculación entre gatos y ausencia de asma, ya que supone la demostración de que los genes asociados a enfermedades pueden activarse o desactivarse en función del entorno. "Este es el mensaje central porque es un reconocimiento en la dirección de cómo ocurren las enfermedades. Documenta la interacción entre la genética y el entorno en el que vivimos y, en particular, que esto ocurre muy temprano en la vida, tanto durante el embarazo como en el hogar", apunta Hans Bisgaard, uno de los autores del estudio y profesor de Pediatría.

¿Un organismo de origen bacteriológico, fúngico o vírico?

El estudio en particular evaluó a 377 niños daneses con un factor génetico de riesgo de padecer asma, ya que todas sus madres eran asmáticas. Tras mapear los genes de los jóvenes, relacionaron los datos con aspectos de su entorno, entre cuyas variables se encontraba la presencia o no de animales domésticos en casa (perro y gatos).

Han hecho falta cinco años para que los resultados demuestren que la presencia de gatos en recién nacidos eliminan el riesgo de padecer asma, a través de una variación del gen 17q21, conocido por ser el más determinante en el desarrollo de asma por parte de una persona. Curiosamente, los datos han mostrado que casi uno de cada tres sujetos portaba esta variante del gen.

Y, gracias a los datos cruzados entre genética y ambiente, se ha podido vincular este hecho a la presencia de los gatos, ya que no ocurre así con perros u otros animales domésticos. Unos resultados que indican la posible presencia de algún tipo de organismo de origen bacteriológico, fúngico o vírico que provocaría esta alteración en el sistema inmune del ser humano, tal y como especulan los autores del estudio.

Es más, esta alteración provocada por la presencia de gatos en el entorno también hace que disminuyan sensiblemente los casos tanto de neumonía como de bronquitis. Una conclusión que, sin duda, sorprende ya que nada menos que 300 millones de personas adultas padecen asma a causa de la alergia en el mundo.
 

Estas son las señales de que a tu gato le duele algo

Estas son las señales de que a tu gato le duele algo

  • Una nueva investigación señala los signos de cambio de comportamiento

Las señales han sido clasificadas entre signos "suficientes" (su presencia indica que el gato sufre, pero no necesariamente presente en todas las situaciones de dolor) y signos "necesarios" (necesarios si hay presencia de dolor, pero no siempre indicativos de dolor).

 Así, el equipo liderado por la doctora Isabella Merola y el profesor Daniel Mills de la Universidad de Lincoln han identificado 25 señales universales indicativas de algún tipo de dolor en mininos que "pueden ayudar tanto a los veterinarios como a los dueños a evaluar inicialmente el estado de dolor de los gatos a su cuidado", según destacaron en las conclusiones de la investigación.

1. Cojera

2. Dificultad para saltar

3. Camina con anormalidad

4. Va cabizbajo o encorvado

5. Está reacio a moverse,

6. Reacciona a la palpación en alguna zona del cuerpo

7. Se retira o esconde más de lo normal

 8. Ya no se asea o se lame efusivamente y con obsesión solo una parte de su cuerpo

9. No tiene apetito o ha cambiado mucho su manera de alimentarse

10. No tiene motivación para el juego, si su actividad en general disminuye mucho

11. Evita ir a frotarse contra la gente

12. Su comportamiento cambia y está irritable

13. Su peso cambia drásticamente

14. Gruñe o se queja con más frecuencia de la que estamos acostumbrados a oírle

 Estos son algunos de los signos que indican que deberíamos llevar a nuestro gato al veterinario, ya que son indicativos de que le puede estar sucediendo algo. Pero no son los únicos.

Si observamos que el gato tiene espasmos incontrolables del párpado (blefaroespasmo) o que reacciona a la luz muy brillante, podría ser indicativo, concluye el estudio, de una enfermedad ocular. Esos serían los signos de alarma que requerirían el análisis de un profesional veterinario.

Otras señales de comportamiento felino como estar más tiempo de pie, buscar más contacto con el humano, tener más apetito, dormir más o menos, ir con la lengua fuera o la boca medio abierta o rechinar los dientes, por poner unos ejemplos. No es necesariamente indicativo de una dolencia en el gato, según los investigadores de este estudio.

Uso de probióticos para mejorar la salud digestiva de los rumiantes

Un probiótico es un aditivo compuesto por microrganismos vivos

Los probióticos en la alimentación de rumiantes tienen efectos positivos sobre la producción y la salud de los animales, por lo que constituyen una alternativa al uso de antibióticos.

La producción de animales rumiantes es una fuente importante de alimentos de elevado valor nutritivo para el hombre. Además, estos animales pueden cubrir parte o la totalidad de sus necesidades nutritivas mediante la utilización de forrajes, lo que los coloca en una situación privilegiada al no competir directamente con el ser humano por los alimentos. A raíz de la prohibición por parte de la Unión Europea del uso de antibióticos como promotores del crecimiento en 2006 y más recientemente con el auge de la agricultura ecológica, se han realizado numerosos trabajos con la finalidad de optimizar la eficiencia productiva de los rumiantes mediante la modificación de la fermentación ruminal usando diferentes alternativas naturales entre las que destacan los ácidos orgánicos, los probióticos, los extractos vegetales y las enzimas (Carro y Ungerfeld, 2015; Retta, 2016).

La modificación de la fermentación ruminal es una opción en la alimentación de rumiantes cuyo objetivo es maximizar la producción animal. La población microbiana del rumen puede ser modificada mediante diferentes mecanismos. De esta manera es factible cambiar la proporción de los productos finales de fermentación útiles para el animal (ácidos grasos volátiles, amoniaco, etc.), la eficiencia del proceso de conversión de los alimentos, las emisiones de gas al ambiente (con especial interés en el metano por su potencial como gas de efecto invernadero) y la calidad de los productos finales (leche o carne). El avance en el estudio de la microbiología ruminal y el potencial de modificación de la misma resulta transcendente en la obtención de productos alimentarios seguros, con bajo impacto ambiental y que simultáneamente contemplen la productividad y rentabilidad de los sistemas de producción de rumiantes. Los agentes primarios en la modificación de la fermentación ruminal son la combinación de los alimentos utilizados, su composición y proporción relativa en la dieta (Arelovich, 2008), así como la naturaleza de los diferentes aditivos que se utilizan con este fin. Dentro de estos aditivos, recogidos en el Reglamento 1831/2003 de la Unión Europea, los aditivos zootécnicos son uno de los grupos que suscita mayor interés desde el punto de vista de la producción animal, ya que su utilización puede mejorar el rendimiento productivo de los animales y disminuir los costes de producción. Este grupo incluye aditivos digestivos (mejoran la digestión de los alimentos ingeridos), estabilizadores de la flora intestinal (efecto positivo para la flora), sustancias que influyen positivamente en el medio y otros. Este artículo se centra en los aditivos considerados probióticos y con un efecto positivo en la producción de los animales rumiantes.

Tipos de probióticos utilizados en rumiantes

La mayoría de las bacterias utilizadas como aditivos probióticos en los animales rumiantes pertenecen a las especies Bacillus, Enterococcus y Lactobacillus, y entre los hongos destacan Aspergillus oryzae y la levadura Saccharomyces cerevisiae. En general, los cultivos de bacterias son más utilizados en los animales jóvenes en los que no ha comenzado el proceso de rumia ni el rumen se ha desarrollado por completo (prerrumiantes), mientras que los cultivos fúngicos (principalmente levaduras) se administran a animales con un rumen funcional (animales en cebo o hembras lecheras), aunque las levaduras también pueden ser eficaces en los animales prerrumiantes. Cabe destacar que en los últimos años se han autorizado en la Unión Europea por primera vez probióticos destinados a pequeños rumiantes, tanto a animales jóvenes (corderos y cabritos) como a adultos (ovejas y cabras lecheras), y a búfalas lecheras, ya que anteriormente solo estaban autorizados probióticos destinados al ganado vacuno (tabla).

Estos hechos avalan la eficacia de estos aditivos en diferentes especies y demuestran el interés de sus fabricantes por aumentar su mercado. Algunos de estos microorganismos son capaces de soportar altas temperaturas, como las utilizadas en ciertos procesos de fabricación de piensos (granulación, extrusión, etc.), pero otros no pueden sobrevivir en estas condiciones y deben ser protegidos mediante diferentes tratamientos que aseguren su eficacia, lo que suele encarecer el precio del producto comercial. En cualquier caso, para garantizar la máxima eficacia los microorganismos deben mantenerse viables hasta su administración al animal, y la forma de presentación se ha diseñado para asegurar esta viabilidad. Hay que recordar que estos aditivos deben administrarse de forma continuada a los animales, ya que los microorganismos incluidos no pueden multiplicarse en el tracto digestivo de los animales rumiantes y su supervivencia en el mismo es limitada (Chaucheyras et al., 2012; Azzaz et al., 2015 y Azzaz et al., 2016).
¿Qué se considera aditivo probiótico
La terminología asociada con la incorporación de cultivos de microorganismos a las dietas de rumiantes es inconsistente y a la vez confusa. Cabe mencionar en primer lugar la diferencia entre prebióticos y probióticos, siendo los primeros cualquier aditivo alimentario que tenga efecto beneficioso sobre la propia flora microbiana del individuo, mientras que un probiótico es un aditivo compuesto por microrganismos vivos. En 1989 Fuller definió los probióticos como "un suplemento alimenticio microbiano vivo, con efecto beneficioso para el animal hospedador, que mejora el equilibrio microbiano intestinal". Ese mismo año, la FDA (Food and Drug Administration) propuso a los fabricantes el uso del término aditivo microbiano (direct fed-microbial) en lugar de probiótico, y lo definió como una fuente de microrganismos viables que incluye bacterias u hongos (Castro-Madrigal y Jimeno-Vinatea, 2001). En 2002, tras una reunión de un panel de expertos de la FAO/OMS se propuso como definición de referencia la siguiente: "microorganismos vivos que, cuando se administran en la cantidad adecuada, confieren un beneficio a la salud del hospedador". En 2004, Fuller afinó la definición como "una preparación de microorganismos viables que es consumida por el hombre u otros animales con el objetivo de inducir efectos beneficiosos influyendo cualitativa o cuantitativamente en la microbiota intestinal o modificando su estado inmunitario".

Las bacterias como aditivo microbiano en rumiantes

Las bacterias se emplearon inicialmente por sus efectos beneficiosos a nivel posruminal, basados en el mantenimiento del equilibrio de la microflora del tracto digestivo, que limita la proliferación de especies potencialmente patógenas (Brashears et al., 2003). Además, ciertos aditivos microbianos de origen bacteriano pueden mejorar la función ruminal (Ghorbani et al., 2002; Nocek et al., 2002). La acción de estos microorganismos en el rumen tiene efectos diferentes a los que ocurren en el tracto posterior o en los animales monogástricos, ya que generalmente los aditivos microbianos en el rumen actúan en la composición de la comunidad microbiana y su actividad. Dentro de las bacterias que se utilizan en la alimentación de rumiantes encontramos, dentro de las ya autorizadas para su uso en rumiantes por la Unión Europea, diferentes cepas pertenecientes a los géneros Lactobacillus y Enterococcus. Las bacterias pertenecientes al género Lactobacillus se encuentran dentro de las más estudiadas como aditivos microbianos en rumiantes. Con la adición de un cultivo mixto de Lactobacillus acidophilus, L. casei y L. jugarti a la dieta de terneros de cebo Khuntia y Chaudhary (2002) pudieron disminuir la cantidad de concentrado en la dieta y mejorar el rendimiento de los animales. Ramaswami et al. (2005) añadieron un cultivo de L. acidophilus a la dieta de terneros en crecimiento y observaron una mejora de un 10 % en la ganancia media diaria de los mismos. En condiciones in vitro, Malik y Sharma (1998) observaron un aumento de la digestibilidad de la materia seca y la materia orgánica al añadir al medio de incubación un cultivo de L. acidophilus. Reyes et al. (2005), al evaluar estos mismos microorganismos encontraron que las vacas que los consumieron produjeron más leche, y con mayor contenido de proteínas y sólidos no grasos. Además de estas considerables ventajas productivas, los probióticos pueden tener un efecto positivo en el estado sanitario de los animales, reduciendo la incidencia de patologías y el uso de antibióticos para su tratamiento. Agarwal et al. (2002) suplementaron a terneros con alimento fermentado con diferentes tipos de probióticos (bacterias acidolácticas, L. acidophilus o Saccharomyces cerevisiae) y observaron una disminución en la incidencia de diarrea neonatal en terneros. De la misma forma, Timmerman et al. (2005) observaron una reducción de la mortalidad neonatal, del índice de diarreas y de los recuentos fecales de coliformes cuando a los terneros se le administraba una mezcla de seis lactobacilos. En un estudio a gran escala con el objeto de evaluar el efecto de los aditivos probióticos en la excreción fecal de Escherichia coli O157:H17 se observó que al suplementar la dieta de vacuno de cebo con una preparación de L. acidophilus se disminuyó la excreción fecal de la misma (Younts-Dahl et al., 2004).

 

Los hongos como aditivo microbiano en rumiantes

En la lista de aditivos microbianos autorizados en la Unión Europea para suplementación en la alimentación de rumiantes aparece uno de los más estudiados hasta el momento: la levadura Saccharomyces cerevisiae, autorizado para su uso como aditivo en vacuno lechero y de cebo, corderos, caprino y ovino lechero y búfalas. El uso de levaduras en dietas de rumiantes se remonta a 1925, cuando Eckles y sus colaboradores publicaron un artículo sobre el uso de levaduras como suplemento alimenticio para vacas lecheras, y señalaron la levadura de cervecería como una excelente fuente de proteína en las dietas para este tipo de animales. La suplementación con bajos niveles de levadura (<1% de la materia seca de la dieta) en vacas lecheras recibió atención por primera vez en la década de los 50. Sin embargo, ha sido recientemente cuando se ha analizado cómo bajos niveles de levadura suplementados en la dieta pueden estimular la productividad de los rumiantes. En general, las mejores respuestas en rumiantes se han observado en el caso de vacas lecheras y los efectos reconocidos se atribuyen principalmente al aumento de la degradación de la celulosa en el rumen y del flujo de proteína microbiana al intestino (Newbold, 2003). Este efecto puede ser la consecuencia de varias acciones de las levaduras. Por un lado, las levaduras necesitan azúcares y almidón para su metabolismo, por lo que los captan del medio ruminal. Esto evita que sean empleados por microorganismos productores de ácido láctico, lo que reduce sus niveles en el rumen y contribuye a estabilizar el pH ruminal, además de mantenerlo en niveles adecuados para una fermentación óptima. Como consecuencia, se produce un aumento de la degradación de la fibra y de la producción de ácidos grasos volátiles, lo que se traduce en una mejora de la eficiencia de utilización del alimento. Además, al aumentar la degradación de la fracción fibrosa del alimento, se puede estimular su ingestión por los animales, tal y como se ha observado en algunos estudios (Moallem et al., 2009). La respuesta a la inclusión de levaduras en la dieta de animales en lactación y animales en crecimiento es variable, atribuyéndose esta variabilidad parcialmente al tipo de dieta (Wallace y Newbold, 1993).

El mecanismo de acción de las levaduras en el caso de los animales rumiantes es múltiple y complejo: eliminan trazas de oxígeno que penetran en el rumen, lo que favorece el crecimiento de las bacterias anaerobias estrictas; compiten con las bacterias amilolíticas productoras de lactato por la glucosa y oligosacáridos, lo cual disminuye la producción de lactato; liberan al medio ruminal ácido málico que favorece el crecimiento de Selenomonas ruminantium, la cual es capaz de metabolizar el lactato hasta popionato; y producen nutrientes que estimulan el crecimiento de la bacterias ruminales. Acerca del empleo de S. cerevisiae existe un consenso general, en la bibliografía, referido a que se producen incrementos en las poblaciones de bacterias viables totales, así como en la tasa de degradación de la fibra en el rumen e incrementos en el flujo de proteína microbiana hacia el intestino delgado, lo que se traduce en la mejora de los parámetros productivos. La inclusión en la dieta de S. cerevisiae aumentó la producción de leche y el consumo de alimento en vacas que recibían dietas con elevado contenido en concentrado (50-60 %) en diferentes estudios (Williams et al., 1991; Piva et al., 1993). En dietas con proporciones de concentrado aún más elevadas (70 %) la inclusión de S. cerevisiae incrementó la degradabilidad de la materia seca y la fibra, y aumentó la producción de ácidos grasos volátiles en condiciones in vitro (Carro et al., 1992). Bach et al. (2005) evaluaron los efectos de la suplementación con S. cerevisiae en el pH ruminal de vacas en lactación y observaron que el pH ruminal medio fue mayor cuando las vacas recibieron levaduras que cuando no se suplementaron y además, el tiempo que el pH ruminal estuvo por debajo de 5,6 en las vacas control fue superior al de las vacas suplementadas. Los resultados positivos sugieren que la suplementación con levaduras redujo el riesgo y la gravedad de la acidosis subclínica.

En el rumen, el hidrógeno es un intermediario producido durante la fermentación. El hidrógeno metabólico no se acumula en el rumen porque es rápidamente utilizado por las arqueas metanógenicas, pero las bacterias acetogénicas hidrogenotróficas son también capaces de utilizar hidrógeno para la producción de acetato. Chaucheyras et al. (1995) observaron que la adición de células de levadura S. cerevisiae mejoraba el metabolismo hidrogenotrófico de las cepas acetogénicas y su producción de acetato. De esta forma quedaría menos hidrógeno disponible para las arqueas y, por consiguiente, se reduciría la producción de metano. Es importante señalar que la variabilidad en la respuesta a la inclusión de levaduras, además de estar relacionada con la dieta, también puede ser debida a la cepa de S. cerevisiae, ya que no todas tendrían el mismo grado de actividad en el rumen. Newbold et al. (1995) señalaron que se debe tener precaución en la selección de la levadura para asegurar que la cepa utilizada sea capaz de estimular la fermentación en el rumen.

En conclusión
Cabe destacar el efecto positivo de los aditivos probióticos en la alimentación de los animales rumiantes, que proporciona ventajas en los planos productivo y sanitario. Además, constituye en ambos casos una alternativa al uso de antibióticos, como promotores del crecimiento (prohibidos en la UE desde 2006) pero también de manera preventiva.
 
 

lunes, 6 de noviembre de 2017

Un fármaco para que los perros no pasen miedo con los fuegos artificiales

Un fármaco para que los perros no pasen miedo con los fuegos artificiales

Temblores, lloriqueos, nerviosismo y ansiedad son algunos de los síntomas comunes a todos los perros que escuchan fuegos artificiales. Un nuevo estudio propone ahora una solución para calmar a estas mascotas, protagonistas de #Cienciaalobestia, gracias a una medicación que podría ser administrada por los propios dueños.

La sensibilidad de los perros al ruido es uno de los problemas que más preocupan a los dueños. / © Fotolia

Con las fiestas navideñas cada vez más cerca, crece la preocupación de los dueños por sus mascotas. Cerca del 49% de las personas señalan que sus perros muestran miedo ante ciertos ruidos, y la reacción más común es la que se produce con los fuegos artificiales y los petardos. Estos estruendos generan gran ansiedad en los animales, y en la mayoría de los casos los síntomas no se tratan adecuadamente.

"La ansiedad puede afectar negativamente a la salud física, mental y social del perro, y por lo tanto reducir su calidad de vida", señala el autor

"La exposición regular a estímulos que inducen ansiedad a lo largo de un periodo de tiempo puede afectar negativamente a la salud física, mental y social del perro, y por lo tanto reducir su calidad de vida", señalan los científicos en un estudio publicado en la revista Veterinary Record.

El equipo, liderado por la Universidad de Pensilvania (EE UU), ofrece ahora un tratamiento médico como solución a los temblores y gimoteos de sus perros para aliviar el nerviosismo y el estrés ante estos ruidos que tantas consultas veterinarias generan.

Para mejorar el bienestar de los animales, los científicos desarrollaron una forma de gel oral de un fármaco llamado dexmedetomidina con efectos sedantes y analgésicos que podría ser administrado por los propios dueños en el hogar con la prescripción de un veterinario, por ahora solo en Reino Unido.

Un medicamento contra la ansiedad canina

La efectividad de la medicación se demostró en la víspera de Año Nuevo de 2012, cuando 182 perros con un historial de ansiedad aguda y miedo asociado con el ruido de fuegos artificiales recibieron gel dexmedetomidina (89 perros) o placebo (93 perros) cuantas veces fueran necesarias hasta un máximo de cinco ocasiones.

Los perros que tomaron el fármaco mostraron menos signos de miedo y ansiedad, como jadeo, temblor y vocalización

Los propietarios evaluaron los efectos generales del tratamiento, así como los signos y el grado de ansiedad y miedo de sus mascotas en varios momentos predefinidos antes y durante esta festividad, según el protocolo seguido en el estudio.

Los resultados demostraron que la mayoría de los perros –un 72%– presentó un efecto positivo al tratamiento con dexmedetomidina. Con el grupo de control con placebo, solo el 37% de los perros tuvo una buena reacción.  

Los perros que tomaron el fármaco mostraron menos signos de miedo y ansiedad –como jadeo, temblor, vocalización (lloriqueo, ladridos, gruñidos, aullidos), ritmo y micción inapropiada– que los perros en el grupo de placebo, a pesar del ruido de los fuegos artificiales.

"La dexmedetomidina redujo significativamente los comportamientos relacionados con el miedo y la ansiedad a lo largo del tiempo, y el efecto general y el éxito del tratamiento se encontraron superiores al placebo", concluyen los autores, quienes aseguran que la dosis utilizada fue segura y sin ningún efecto sedante clínico importante.

Referencia bibliográfica:

M. Korpivaara et al. "Dexmedetomidine oromucosal gel for noiseassociated acute anxiety and fear in dogs—a randomised, double-blind, placebo-controlled clinical study" Veterinary Record octubre de 2017

Fuente http://www.agenciasinc.es/Noticias/Un-farmaco-para-que-los-perros-no-pasen-miedo-con-los-fuegos-artificiales

 

martes, 7 de marzo de 2017

Cómo evitar que el perro muerda

Cómo evitar que el perro muerda

Los niños son los más afectados por los ataques caninos, que pueden llevar a la muerte. ¿Qué podemos hacer?

La verdad es que yo no me imagino a Matilda, mi perra, mordiendo a nadie, salvo a mi, y poco, cuando trato de deshacerle un nudo, aunque sé que le aterran los niños y les suele evitar. Los pequeños son, precisamente, las víctimas más frecuentes de los ataques de los perros. Pero, ¿qué podemos hacer quienes vivimos con ellos? ¿Se puede evitar que un perro muerda?

Luego está el tema de la raza. Un estudio similar al anterior que analizó las muertes por mordedura de perro entre 1979 y 1996 también en Estados Unidos halló que en más de la mitad de las agresiones participaron rotweillers o perros de tipo pitbull. Paralelamente, otra investigación comprobó como en una provincia de Canadá en el que se prohibió la tenencia de pitbulls, la frecuencia de las mordeduras bajó.

¿Qué podemos hacer?

Si el perro todavía es un cachorro

-Enseñarle a no morder como parte de un juego. "Cuando son pequeños usan la boca y muerden porque está en su naturaleza, les ayuda a explorar su entorno", dice la veterinaria y educadora canina Sandra Real. "Pero es muy importante que desde cachorros aprendan que pueden hacer daño. Al jugar con él dejemos que nos den pequeños mordisquitos y cuando empiezan a apretar fuerte simplemente hacer lo que hacen los cachorros entre sí, quejarnos con un Ayyy! y cesar el juego un minuto para que así se den cuenta de que nos lastiman y vayan poco a poco teniendo más control sobre su mordida".

-Socializarle correctamente. "Para evitar situaciones de agresión es conveniente que el perro aprenda a socializarse con lo que va a ser su entorno y su vida pero también que las personas aprendan cuáles son las necesidades de los perros", continúa la veterinaria Real. "Un animal sin miedos nunca tendrá necesidad de defenderse de nadie. Un perro tranquilo y equilibrado aunque tenderá a perseguir o a cazar no llegará a morder por ese motivo". Para que se integre bien es conveniente "que pase tiempo con otros perros de su misma edad y de carácter amigable y tranquilo, lo que fomentará una buena socialización", añade Real.

A cualquier edad

Tiene varias recomendaciones la entrenadora canina Annie Phoenix, autora de The Midnight Dog Walkers: Positive Training and Practical Advice for Living with a Reactive or Aggressive Dog .

-Esterilizarle cuando llegue el momento adecuado.

-Que no viva fuera de casa, atado o aislado. "Crecen frustrados, lo que puede llevar a que sean agresivos, como pasa con los humanos. Los perros necesitan ser residentes de la casa y no dejados en soledad", dice Phoenix.

Lo que tenemos que hacer nosotros

-Enseñar a los niños a relacionarse con los perros. "Creo que es muy importante formarles en  cómo son los perros, cómo se comunican, cómo se relacionan, qué les incomoda, qué les puede asustar. Cuánto mejor conozcan los niños a sus mascotas más fácil les resultará respetar sus necesidades y facilitarles un entorno sano y seguro", dice la educadora canina Sandra Real, "creando una especie de juego el niño aprende a ser educado con el perro. De esta manera sabrán que los perros no son como otros niños, que se pueden asustar si se acercan corriendo a ellos, que el contacto tan directo muchas veces no lo saben gestionar". Cuando la veterinaria trabaja con los más pequeños, les enseña las llamadas "señales de calma" que son "gestos que hacen los perros en diferentes situaciones y que hacen más fácil el acercamiento y la relación con ellos". 

-Nunca dejar a tu perro solo con un niño o cualquiera que no sea capaz de intervenir si es necesario. "Cualquier perro con dientes puede morder, incluso la dulce bola de pelos que está a tus pies. Si se encuentra en la situación en la que el perro siente que necesita defenderse, tiene esos dientes para hacerlo", justifica Phoenix en un artículo de la revista Dogster. "Los niños pequeños y los animales tienen que estar siempre bajo supervisión por el bien del niño y por el bien del perro", dice por su parte Sandra Real.

-Aprender cuáles son los comportamientos normales y los que no. "A veces hay perros que por su pasado, por su carácter, por su crianza, etcétera, pueden tener problemas de comportamiento", explica la educadora Sandra Real. "Es muy importante enseñar a adultos y niños cuáles son los comportamientos normales en los perros y cuáles pueden ser problemas conductuales para que sepan identificar los y puedan pedir ayuda a un profesional que trabaje ese problema de concreto evitando así situaciones de riesgo en el hogar".

-Saber cuándo pueden morder. "Atento si el perro quiere escapar", dice Phoenix. "O si se lame las fauces, olisquea o araña fuera de contexto, enseña el blanco de los ojos, tiembla, ladra, gruñe".

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/02/27/animalesycia/1488224772_206086.html

Los gatos se curan a sí mismos

 

Los gatos se curan a sí mismos con el ronroneo

Los gatos se comunican con sus amigos humanos usando maullidos, trinos, murmullos, bufidos y rugidos. Pero también el delicioso ronroneo. Las personas pensamos que este sonido hipnótico es una expresión de su bienestar, asociado al placer y la felicidad. Pero no lo des por hecho ya que lo cierto es que emplean este sonido en muchos otros momentos, con lo que se ha convertido en un misterio para la ciencia. 

Puede que se trate tan solo de una manera de calmarse a sí mismos, al igual que los niños se chupan el dedo. Pero algunas investigaciones sugieren beneficios adicionales derivados de este sonido.  Por ejemplo, los gatos también lo hacen en los momentos de más estrés o miedo. Suelen aparecer cuando van al veterinario o están recuperándose de una lesión. También lo usan mucho cuando las hembras cuidan de sus gatitos o cuando los humanos interaccionamos con ellos, especialmente cuando les acariciamos o alimentamos. 

Los gatos y muchos otros felinos, aunque no todos, producen el ronroneo a través de señales intermitentes usando los músculos laringeos y del diafragma, tanto cuando inhalan como cuando exhalan. La frecuencia típica de los gatos está entre los 25 y 150 hercios. Otros felinos emiten unos sonidos muy parecidos al ronroneo del gato doméstico. Los servales, ocelotes y pumas también lo hacen y usan fuertes frecuencias de entre 25-50 Hz.

Durante el curso de la evolución, ronronear ha debido proporcionar algún tipo de ventaja adaptativa para los gatos. Pero, ¿qué posible beneficio obtienen de este peculiar sonido? Dado que aparece en contextos sociales, su función comunicativa es evidente, pero hay más funciones que son compatibles con lo anterior. 

De manera sorprendente, estas frecuencias emitidas por los felinos, corresponden con las que se usan en algunos tratamientos con humanos para curar fracturas de hueso, problemas en la respiración, alivio del dolor, etc. De hecho se usa mucho como terapia contra la osteoporosis en humanos.

Según varias leyendas, los gatos son capaces de curarse a sí mismos si les dejas en una habitación a solas, con sus huesos rotos. ¿Tendrá este mito alguna conexión con este sonido que tanto les caracteriza?

Debemos tener en cuenta que los felinos son unos animales que deben ahorrar la mayor cantidad de energía posible, ya que pasan muchos días de inactividad, dada la dificultad de atrapar una presa con la que alimentarse. Según el veterinario Leslie A. Lyons, este ronroneo puede ser una mecanismo que consume poca energía pero que tiene las mismas consecuencias que hacer ejercicio para los astronautas, los cuales sabemos que pierden rápidamente la masa ósea. 

Es decir, estos sonidos tan particulares, según varios investigadores, son beneficioso para la salud porque incrementan la densidad ósea y aceleran los procesos de curación.

Pero para saber si estas vibraciones son realmente efectivas, el Doctor Clinton Rubin y su equipo especializado en bioingeniería, los cuales estudian métodos no invasivos para curar enfermedades, pusieron a terapia con vibraciones a gallinas durante media hora cada día. Les ponía sobre una plataforma como la que se usa en algunos gimnasios, la cual vibraba frenéticamente. Los resultados demostraron un claro aumento de masa ósea en las gallinas tras pocas semanas. Es como si hubieran ido al gimnasio todas ellas. 

¿Esto explicaría por qué los gatos pueden sobrevivir a accidentes tan graves como las caídas y tienen menos complicaciones tras las cirugías? Muchos veterinarios creen que sí. Un estudio publicado en el Journal of New Zealand Veterinary en los años setenta por Trevor Cook, documentó un caso sobre un gato siamés con infección en el tracto respiratorio y conjuntivitis severa. Las cavidades nasales estaban casi bloqueadas por completo. Se le administraron varios antibióticos y aunque hubo una respuesta inicial positiva, a los tres día regresó más deteriorado. 

Se le siguió administrando antibióticos y fue hospitalizado. Pero al poco tiempo empeoró y estaba más débil, por lo que se comenzó a barajar la posibilidad de la eutanasia. Cook le trasladó a la cama y sus hijas debían cuidarlo durante un rato hasta que llegara el triste final. No había nada más que se pudiera hacer. Pero de repente comenzó a ronronear y abrió las vías respiratorias, así que Cook decidió darle una oportunidad. 

La terapia de ronroneo se alargó durante un día. Cada hora, era sacado de su jaula y se le dejaban periodos para que pudiera " vibrar ". Pronto podía respirar de nuevo y su recuperación fue milagrosa. En dos días volvió a comer. Cook cree que, " los cuidados médicos ayudaron a su recuperación porque le proporcionaron una sensación de bienestar y de estar siendo ayudado, pero hasta que no comenzó a ronronear estaba destinado a morir de asfixia ". El milagroso sonido y las vibraciones que generaba en su cuerpo le permitieron volver a tomar aire por la boca. 

Es decir, según Cook, los gatos se curan más rápidamente de problemas respiratorios cuando ronronean porque les permite respirar por la boca, algo que les cuesta hacer si tienen la nariz dañada. Una estrategia fascinante con la que les ha dotado la naturaleza dado el potencial para curarse a sí mismos, la cual hace honor a las legendarias siete oportunidades de vida con las que cuentan. 

Fuente: http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/yomono/2017/03/04/los-gatos-se-curan-a-si-mismos-con-el.html

Epubxtraen cinco kilos de monedas de una tortuga

 

Veterinarios tailandeses extraen cinco kilos de monedas de una tortuga

El animal se las había tragado después de que los visitantes las arrojaran al estanque donde vive

Una tortuga marina de 25 años ha requerido una intervención quirúrgica para extraerle 915 monedas que había tragado en el estanque en el que vive en un centro de conservación de animales en Sriracha, al este de Bangkok. Las monedas son arrojadas al estanque por los visitantes como gesto de buena suerte.

Las monedas retiradas por los veterinarios del cuerpo de la tortuga Omsin (hucha, el tailandés) pesaron más de cinco kilos. La tortuga pesa 59. La intervención quirúrgica, la primera de este tipo realizada en el mundo, duró siete horas.

Omsi es una tortuga marina verde que tenía dificultades para nadar a causa del peso de las monedas y otros objetos que había tragado. 

"Creemos que la recuperación completa requerirá alrededor de un mes", ha dicho Nantarika Chansue, de la Facultad de Veterinaria de Chulalongkorn. Chansue ha añadido que la tortuga necesitará otros seis meses de tratamiento. 

 No ha habido una estimación del valor de las monedas extraidas, algunos de ellas extranjeras y muchas corroídas.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/03/06/actualidad/1488830568_746319.html

Averiguan por qué los pandas son blancos y negros

 Averiguan por qué los pandas son blancos y negros

Sus colores les permiten camuflarse tanto en la nieve como en el bosque. Las marcas de la cara les ayudan a comunicarse

Las marcas en torno a los ojos les ayudan a identificarse entre sí - EFE
ABC.ES Madrid - Actualizado: Guardado en: Ciencia

Los mismos investigadores que concluyeron que el color de las cebras tiene como función evitar la picadura de las moscas, ahora han averiguado que los pandas son blancos y negros para camuflarse y comunicarse.

Es la principal conclusión de un estudio publicado recientemente en la revista Behavioral Ecology, y realizado por investigadores de la Universidad de California (Davis, EE.UU.) y de la Universidad del Estado de California (también Estados Unidos).

«Entender por qué el panda gigante tiene este color es una vieja incógnita que no se ha podido desvelar hasta ahora, porque como ningún otro mamífero tiene esa apariencia, no se habían podido hacer analogías», ha explicado Tim Caro, primer autor del estudio e investigador en la Universidad de California Davis, en un comunicado.

Para superar este escollo, los investigadores han tratado cada parte del cuerpo del panda como una zona independiente para poder compararla con las mismas partes del cuerpo de otras animales.

De esta forma, pusieron al panda frente a otras 195 especies carnívoras y 39 subespecies de osos, con las que está emparentado. Después, trataron de vincular los colores que tenían con diversas variables ecológicas y de comportamiento. Además, tuvieron en cuenta la «genealogía» de los animales.

Camuflaje para la nieve y bosques húmedos

Gracias a esto, los investigadores concluyeron que la mayor parte del cuerpo del panda, como la cara, el cuello, la barriga y la grupa, están coloreadas de blanco para facilitar que se pueda esconder en la nieve. Sin embargo, los brazos y las piernas son negros porque le ayudan a esconderse en las sombras del bosque, tal como han defendido.

La clave que explica por qué solo los pandas tienen este color es su especial dieta, centrada en el bambú. El bambú es un alimento tan ligero, que estos pandas no consiguen suficiente energía como para hibernar, por lo que se ven obligados a caminar tanto por la nieve como en las sombras del bosque. De ahí la diversidad de su color.

En cuanto a la cabeza, han explicado que las marcas oscuras están relacionadas con la comunicación. Creen que las orejas negras contribuyen a intimidar a posibles agresores y que los parches oscuros en torno a los ojos son como una huella individual implicada en el reconocimiento.

Estos científicos no han encontrado evidencias de que el color de los pandas tenga como función regular la temperatura (porque el blanco hace rebotar más calor que el negro), tal como proponían otros científicos. En su opinión, el color del panda es resultado de una «constelación de funciones que les permite camuflarse en diferentes entornos y comunicarse a través de rasgos faciales»

FUENTE: http://www.abc.es/ciencia/abci-averiguan-pandas-blancos-y-negros-201703062158_noticia.html

miércoles, 1 de marzo de 2017

Efectos de la procesionaria

 

¿Cuáles son los efectos de la procesionaria?

El contacto con la oruga de la procesionaria entraña una serie de riesgos para personas y animales ante los que hay que saber actuar.

Un perro afectado por la procesionariaChelo Andrés

 

Las altas temperaturas y la escasez de lluvias han propiciado un adelanto en la aparición de las primeras orugas de la procesionaria del pino en varios puntos de la capital aragonesa. Tan solo en los últimos días la plataforma '¡Alerta Zaragoza!' ha recibido una quincena de avisos en los barrios del Actur, Las Fuentes, el Arrabal, Las Delicias, La Aljafería o Torrero, entre otros.

 

 

De sobras son conocidos los riegos para la salud de las personas y de los animales que entrañan estos gusanos debido a sus pelos urticantes. Pero, ¿cuál es el ciclo de vida de estos insectos? "La procesionaria del pino es una mariposa vulgar nocturna cuyo ciclo de vida es muy breve, apenas de 24 horas", explica Natalia Arnal, Secretaria del Colegio Oficial de Veterinarios de Zaragoza (COVZ).

 

Entre junio y agosto es la época de puesta de huevos que se realiza en las acículas de pinos –mayormente-, abetos y cedros. "Cada mariposa puede poner entre 50 y 300 huevos que eclosionan en aproximadamente 5 semanas", señala Arnal. Entre septiembre y octubre salen las larvas y crean una bolsa para protegerse de las bajas temperaturas. "Cuando pasa el invierno, en febrero o marzo, bajan al suelo por donde caminan en fila india, de ahí su nombre. Entonces se enterrarán bajo tierra hasta que se forme la mariposa", explica.

 

 

Es en este periodo en el que las orugas se trasladan a la superficie en el que aparece el riesgo de contacto, no solo con el insecto sino con los pelos urticantes que permanecen en el aire. "Estos pelitos son extremadamente urticantes y hay que tener cuidado con que no entren en contacto con los ojos, inhalarlos o tocarlos ya que produce reacciones muy dispares", asegura Arnal.

 

En el caso de los animales hay que contar con un factor fundamental: la extremada curiosidad de los perros. "En cuanto ven algo que se mueve por el suelo van a ver qué es. Si no prestamos atención puede darse un problema", asevera. Desde urticaria, hasta conjuntivitis que requerirán de tratamientos anti inflamatorios, hasta lavado de boca o gástrico en caso de que haya entrado en contacto con lengua, glotis o aparato digestivo.

 

"En ese caso hay que lavar la boca del animal rápidamente con agua tibia y llevarlo lo antes posible al veterinario. A los 20 minutos aparecería la inflamación e insuficiencia respiratoria que podría provocar la muerte del animal", asevera. Por eso, desde el Colegio Oficial de Veterinarios de Zaragoza recomiendan no soltar a los animales en zonas de pinos y estar muy atentos durante estos meses.

Tras el aumento de avisos, el Ayuntamiento de Zaragoza ha procedido a eliminar los primeros bolsones de manera manual. "En caso de que sea preciso, de momento no se aprecia necesidad, se aplicará un tratamiento complementario como el año pasado", explican fuentes del consistorio. Tan solo en 2016 se retiraron más de 5.000 bolsas en tan solo tres meses.

 

Precaución, también en las personas

 

Estos mismos efectos se repiten también en el caso de que sea una persona la que entre en contacto con el gusano de la procesionaria del pino. "En primavera aparecen casos de reacciones alérgicas importantes e intensas en forma de urticaria o erupción que produce mucho picor pero la gente no lo relaciona con la procesionaria", explica la doctora Belén Lomba que es vicepresidente del Colegio de Médicos de Zaragoza.

 

Puede afectar tanto a la conjuntiva ocular como al sistema respiratorio o la piel. "Los efectos dependerán del paciente, de si tiene alergias o la inmunidad alterada", indica. En caso de contacto, advierte Lomba, lo más importante es "lavarse para quitarse el alergógeno y acudir al centro de salud lo antes posible donde se decidirá si se aplica un antihistamínico o corticoides".

Fuente http://www.heraldo.es/noticias/suplementos/salud/2017/02/27/cuales-son-los-efectos-procesionaria-1161350-1381024.html

 

viernes, 13 de enero de 2017

Logra desactivar el ‘instinto asesino’

Un grupo de científicos logra desactivar el 'instinto asesino' dentro del cerebro

Investigadores de Yale localizan y doman en ratones la región que desata la capacidad de cazar

¿Es posible localizar el lugar concreto del cerebro en que se ubican los instintos, esas conductas heredadas que permite a los animales sobrevivir? Cabe decir que sí, a la luz de un estudio que se publica hoy y que ha identificado las regiones en las que se activan los distintos aspectos del instinto cazador. Los científicos de las universidades de Yale y Sao Paulo han ido más allá, mostrando que apagar y encender ese instinto, como con un interruptor, ya es posible.

Al activar ese grupo de neuronas, el ratón estudiado se lanzaba a la caza de cualquier objeto. Al apagarlo, no podía ni morder a su presa

"Hemos descrito por primera vez cómo las redes conectadas en el cerebro de los mamíferos organizan un complejo comportamiento de supervivencia, a saber, la caza predatoria", explica a Materia el autor principal de este trabajo, el brasileño Ivan de Araujo. Según explica este neurocientífico de Yale, el hallazgo contribuye a nuestra comprensión de cómo el cerebro de los mamíferos puede resolver de forma sencilla y automática complejas tareas computacionales como la que implica cazar: una secuencia pautada de movimientos que requiere gran coordinación para ser efectiva. El cazador necesita que sea eficiente para que ese instinto que comparten en su especie mejore sus opciones de supervivencia.

Los investigadores, que publican sus resultados en la revista Cell, lograron localizar y dominar este instinto predador en un grupo ratones. Estos animalillos no son precisamente unos depredadores de primer orden, pero sí tienen desarrollada una buena capacidad para cazar insectos. Y los científicos ya han aprendido a domar su cerebro gracias a la optogenética, una técnica que ayuda a intervenir sobre determinadas neuronas mediante láser.

Este equipo, además, proporcionó un marco conceptualmente novedoso con respecto a las funciones de una zona cerebral llamada amígdala central, que se sabe que es crítica para el procesamiento emocional en prácticamente todas las especies de vertebrados estudiadas. Porque fue allí donde lograron ubicar el instinto cazador, que a su vez se divide en dos partes bien diferenciadas. Por un lado, la capacidad de reaccionar rápidamente al ver la presa y lanzarse a por ella para capturarla. Por otro, la habilidad para usar la mandíbula, en coordinación con las garras, para asestar la dentellada mortal a su objetivo.

Al activar ese grupo de neuronas de la amígdala, el ratón estudiado se lanzaba denodadamente a la caza contra cualquier objeto que encontrara en su camino, aunque no tuviera hambre. Eso sí, nunca cargaba contra otros ratones que hubiera a su alrededor. Esto significa que el instinto cazador se circunscribe a una necesidad específica de alimentarse, según explican los autores del estudio. La nota de prensa de Cell habla de ratones como zombis como los de The walking dead, pero a Araujo no le convence del todo la comparación, precisamente por ese aspecto: no genera una agresión indiscriminada en su entorno.

"La incapacidad para iniciar inmediatamente la búsqueda de presas podría describirse como un instinto depredador defectuoso", dice Araujo

Posteriormente, atacaron al subconjunto de neuronas que controla las dos secuencias de movimientos para tratar de desactivarlas. Cuando mataron las neuronas encargadas de la caza y captura, los ratones tardaron mucho más tiempo del razonable en lanzarse a por la presa, aunque mantenían la fuerza mordedora en su mandíbula. Al apagar las neuronas responsables de la dentellada mortal, las que controlan los movimientos craneofaciales, los ratones cogían con sus patas al insecto, pero no alargaban su cuello para morder y cuando lo hicieron la mordedura era un 50% más débil que en los demás ratones. Habían logrado incapacitarle para matar a su presa, a pesar de que lo buscaba con ansia.

Este logro plantea preguntas interesantes acerca de lo que entendemos por instinto. "Es probable que, siendo empiristas, los científicos infieren instintos al notar que una especie en particular es capaz de realizar ciertas acciones particulares", responde Araujo. Y añade: "La incapacidad para iniciar inmediatamente la búsqueda de presas podría describirse o interpretarse como un instinto depredador defectuoso". "Diría, pues, que lo que observamos es principalmente una capacidad defectuosa para perseguir y capturar presas", zanja el investigador de Yale. Su siguiente objetivo: entender mejor cómo se transmiten las percepciones sensoriales, como la visión o el olor de la presa, que hacen que estas neuronas cazadoras se activen.

Fuente http://elpais.com/elpais/2017/01/11/ciencia/1484139663_747528.html

La vaca que da vodka

La vaca que da vodka

Rubén Leivas y David Martínez Prieto en su destilería de Torrelavega EL TOMAVISTAS DE SANTANDER

Han dedicado más de un año de I+D para desarrollar el método

Dos ingenieros querían crear un producto lácteo no perecedero

Las vacas cántabras se han puesto las pilas y ya no sólo producen queso, leche y yogures; ahora también vodka, 20.000 litros al año para ser más exactos. Aunque tradicionalmente esta bebida destilada se fabrica a partir de la patata, los ingenieros cántabros David Martínez Prieto y Rubén Leivas han desarrollado un proceso para destilar vodka a partir de leche de vaca y nos explican cómo.

Todas las bebidas destiladas se hacen a través de la fermentación de algún tipo de azúcar. El caso del vodka hecho de leche no es distinto. Martínez Prieto uno de los padres de esta bebida espirituosa e ingeniero agrónomo, explica que en su caso lo que hacen "es buscar la lactosa y con una levadura especial, fermentamos esa lactosa". Se muestra receloso a explicar cómo se llega a esta levadura, "tuvimos un año y medio de Investigación y Desarrollo hasta que conseguimos llegar a ella para hacer nuestro vodka". El proceso para la obtención de esta levadura se realiza a través del Kéfir un producto lácteo fermentado mediante hongos y bacterias procedente de la región del Cáucaso. "El Kéfir, es un hongo que en su superficie tiene unas levaduras que son capaces de fermentar la leche y la lactosa" se adentra a explicar el ingeniero. A través de "unos procesos industriales, lo que hicimos fue sacar esas levaduras del Kéfir, potenciarlas y crear una levadura propia", de la que este padre del Vodka Siderit Lactée -bajo este nombre comercializan la bebida espirituosa- se muestra reticente a seguir hablando, por mantener el secreto industrial sobre la patente de la levadura que les permite realizar el vodka a partir de leche.

Una vez desarrollada la técnica para la fermentación de la lactosa, el proceso no acababa aquí "se encadenan cinco destilaciones que nos proporcionan un grado de pureza fundamental", según este ingeniero agrónomo. Para poder conseguir un litro puro de alcohol "son necesarios entre nueve y 14 litros de leche durante el proceso para conseguir un alcohol puro de 96 grados, que posteriormente es rebajado con agua de manantial". Cuando acaba la fermentación, que "puede durar entre 14 y 28, días hacemos un estabilizado que dura entre tres y cuatro meses". El total del proceso varía según la época del año y el tipo de leche, llegando a ser unos cuatro o cinco meses.