Superbacterias' que amenazan la salud global
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La Comisión Europea afirma que el abuso de antibióticos cada vez es menor
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Sin embargo, un informe europeo alerta del aumento de resistencias a nuevos antibióticos
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A esto se suma la escasez de nuevos antibióticos en los últimos años
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Los expertos hacen un llamamiento internacional para luchar contra este grave problema
Imagen microscópica de la bacteria Baumanii, resistente al antibiótico. Science Photo Libray
Los antibióticos no matan virus y aunque una encuesta que acaba de difundir la Comisión Europea afirma que cada vez más personas interiorizan este mensaje (y por lo tanto utilizan con menos frecuencia los antibióticos de forma innecesaria), la realidad es que la resistencia a este tipo de fármacos continúa siendo una de las mayores amenazas que planea sobre la salud mundial. El culpable, precisamente, es el uso innecesario e inadecuado de estos fármacos.
"Ocurre tanto a nivel intrahospitalario como en los hogares. Por un lado, la gente no debe automedicarse y, por otro, los médicos necesitan entrenamiento para mejorar la indicación innecesaria de los antibióticos", argumenta Miguel Sánchez miembro del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas y Sepsis (GTEIS) de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc). "A través de un cultivo podría determinarse si se trata de una infección vírica (donde un antibiótico no funciona) o bacteriana (que sí requiere terapia antibiótica), pero el volumen de las consultas y el tiempo disponible para cada paciente no permite su desarrollo, así que, en muchas ocasiones, como medicina preventiva y porque el paciente lo solicita, al final el médico hace la preescripción del antibiótico".
La presión se nota sobre todo en los servicios de pediatría, agrega José Campos, del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III. "Los padres, por miedo a que ocurra algo y porque ven en el antibiótico un antídoto para la fiebre de su hijo, insisten en la indicación de esta vía terapética". Sin embargo, subraya, cabe señalar que "la inmensa mayoría de los problemas respiratorios en los niños son virales". De hecho, más de la mitad de los niños tratados con antibióticos en procesos respiratorios no lo necesitan, según los resultados de un estudio publicado en The Pediatric Infectious Disease Journal. Lo mismo ocurre "en los adultos, la mayoría de los procesos son víricos", apunta Campos.
Ineficaz y dañino con los virus
En estos casos, un antibiótico no sólo es ineficaz (ni reduce el tiempo ni la gravedad de la infección) sino que "causará un gran efecto en la flora bacteriana que todos tenemos y necesitamos para el buen funcionamiento del sistema inmunitario".
El uso innecesario de estos fármacos hace que las bacterias desarrollen cada vez mayor resistencia a los fármacos (generan mecanismos para resistir los medicamentos que se utilizan para combatirlas), hasta el punto de convertirse en una especie de 'superbacterias' imbatibles. Es decir, "algunos gérmenes consiguen ser casi completamente inmunes a todos los antibióticos disponibles" (multirresistencia), advierte Sánchez.
Un hecho especialmente peligroso, coinciden ambos especialistas, en pacientes ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos, con enfermedades crónicas, intervenidos quirúrgicamente... En general, personas con enfermedades de base importante. Cuando adquieren una infección bacteriana multirresistente, argumenta Campos, "tarda más tiempo en curarse porque es más difícil de tratar. A veces, tenemos que usar combinaciones sobre las que no tenemos experiencia suficiente".
En definitiva, prolonga la duración de la enfermedad, aumenta la morbilidad y el riesgo de muerte. Además, como "los enfermos persisten infectados más tiempo, esto propicia la propagación de los microorganismos resistentes a otras personas (se convierte en un problema epidémico)" y todo ello encarece la asistencia médica. Según datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), en Europa se producen unas 25.000 muertes cada año por una infección incurable debido a una bacteria resistente a antibióticos y los costes sanitarios se incrementan en más de 1.500 millones de euros.
Conscientes de la gravedad del problema, tanto la Organización Mundial de la Salud como los países más sacudidos por este problema global han puesto en marcha en los últimos años importantes campañas de divulgación y concienciación con el objetivo de reducir el abuso de los antibióticos.
Aumentan las resistencias
Aunque se ha conseguido aumentar la conciencia pública al respecto, aún no es suficiente y así lo demuestran los últimos datos revelados por el ECDC. "Se ha observado un marcado aumento de las infecciones resistentes a la última generación de antibióticos(los carbapenemas)". Las más férreas son las producidas por bacterias Gram negativas (Enterobacterias -Klebsiella pneumoniae y E. Coli-, Pseudomonas y Acinetobacter), que también son las más frecuentes. Concretamente, las infecciones causadas por Klebsiella pneumoniae resistentes a los carbapenemas han aumentado entre 2009 y 2012 por encima del 5% en cinco países, en su mayoría en el sur de Europa. Y también empiezan a preocupar las originadas por Acinetobacter resistente, ya que superan el 25% en ocho de los 28 países estudiados.
Estas cifras "demuestran que las infecciones resistentes a los antibióticos carbapenémicos están aumentando en número y distribución geográfica en Europa, lo que supone un problema serio para muchos hospitales europeos", afirma Marc Sprenger, director del ECDC. "Es necesario y urgente que todos los países europeos incorporen guías nacionales para que los hospitales afronten las resistencias a los antibióticos y se minimice en la medida de lo posible el impacto en la salud de los pacientes".
No hay que olvidar que al problema de las resistencias se une "la escasez de nuevos antibióticos en las últimas décadas debido a la reducción de inversión económica, en comparación con la de las enfermedades crónicas", tal y como afirman los autores de un informe elaborado por un panel de 26 expertos y publicado esta semana en la revista 'The Lancet'. "Con el compromiso y el apoyo de la política nacional e internacional, habrá que diseñar modelos de financiación innovadores y sostenibles". Y añaden: "Tenemos que pasar de culpar a los muchos actores que han contribuido a este problema a la acción política concreta y el compromiso por hacer frente a esta amenaza".
Medidas de higiene
En España se trabaja en dos líneas. Campañas destinadas, en primer lugar, al uso racional y prudente de los antibióticos tanto en atención primaria como en hospitales, centros para enfermos crónicos y hogares. Es decir, "que sólo se recurra a los antibióticos en caso necesario y con la dosis correcta", puntualiza el doctor Campos. Por supuesto, "nunca hay que automedicarse".
En cuanto a los hospitales, explica Sánchez, en los últimos años dos proyectos nacionales ('Bacteria Zero' y 'Neumonía Zero') han conseguido reducir muy significativamente las infecciones en las UCIs españolas (cerca del 50%). Lo han logrado gracias a medidas como el lavado de manos de los profesionales sanitarios entre paciente y paciente, con el uso de mascarillas, batas, guantes y gorros, etc. "No es que no se haga ya, pero hay que hacerlo más", remarca el especialista.
Fuente http://www.elmundo.es