Un ejemplar de trucha. | Robeposse
El principal motivo de esta amenaza para la trucha es el aumento global de las temperaturas, que afecta especialmente a la familia de los salmónidos, muy sensibles a las alteraciones de temperatura al necesitar de aguas claras y frescas para vivir.
El estudio, publicado en la revista 'Global Change Biology', advierte también de la sensibilidad del hábitat a los cambios del entorno. Este se habrá reducido a la mitad en 2040 y antes de 2100 habrán desaparecido y con él, las poblaciones de trucha.
Los científicos analizaron el registro de temperatura de Navarra entre 1975 y 2007, y mediante un modelo matemático calcularon la del agua de los ríos de esta región. "Observamos una clara tendencia al alza y una pronunciada subida sobre 1986", señala Ana Almodóvar investigadora y primera autora del estudio. Además, el equipo monitorizó la población de truchas en 12 ríos de la cuenca del Ebro, y observó que el calentamiento estaba asociado a una disminución en las poblaciones de este pez. Gracias a estos análisis y registros temporales los investigadores han podido predecir el estado de la especie en un futuro.
"En el mejor de los escenarios el que considera un cambio climático más leve la situación de la trucha es desastrosa", afirma Almódovar.
Resultados extrapolables a otras regiones
Según el equipo de investigación, estos resultados son extrapolables a otras regiones ibéricas y mediterráneas como las penínsulas Itálica, Balcánica y Anatólica. "La región del Mediterráneo es una zona muy vulnerable a las variaciones climáticas y a la disminución de la disponibilidad de agua", comenta.
La trucha de la Península Ibérica tiene una gran variabilidad genética y se la considera un punto caliente de la biodiversidad de esta especie en todo el continente. "Las cuencas hispánicas son muy antiguas y han servido de refugio a la fauna europea durante las glaciaciones pleistocenas", explica la experta.
Los científicos denuncian que esta variabilidad no solo está amenazada por el cambio climático sino porque "a lo largo de los años se han repoblado los ríos españoles con truchas de otras procedencias genéticamente distintas a las nuestras".
Otras muchas amenazas
Debido a la contaminación, a la extracción del agua fluvial para regadío y al aumento de la temperatura, "el estado ecológico de los ríos es cada vez más precario y ahora mismo solo hay truchas en las cabeceras de los ríos", constatan los científicos.
Además, la trucha es una especie prioritaria en la pesca deportiva en España y representa un recurso socioeconómico "muy importante". Almodóvar subraya que la demanda de pesca de este animal es cada vez mayor y desde hace años algunos estudios científicos alertan sobre los problemas de la sobrepesca.
"Una característica común de las poblaciones sometidas a la pesca deportiva es el descenso en el número de individuos mayores, debido a las extracciones de los ejemplares de gran tamaño", concluye la experta.
Noticia de elmundo.es