Los restos de las monterías podrán arrojarse en la próxima temporada de caza mayor a muladares. Ayer se publicó en el DOE el decreto que determina las medidas sanitarias sobre los subproductos para prevenir la expansión de la tuberculosis bovina, y la polémica suscitada la pasada temporada por este asunto parece continuar. A través de un comunicado la Mesa de la Caza calificó ayer de «decretazo» y «traición al sector» el texto definitivo, que no incluye las alegaciones que presentaron.
El decreto sí distingue ahora entre los restos contaminados (C1) y los restos sanos (C2 y C3). Mientras los primeros tendrán que ser retirados igualmente por una empresa especializada, los no contaminados se podrán arrojar a muladares dentro de los propios cotos si estos son privados, o también en los de titularidad pública si la actividad cinegética fue en un coto social o en terrenos públicos. En ambos casos deberá hacerse «a la mayor brevedad posible y como máximo al día siguiente de la celebración de la actividad cinegética».
La Mesa de la Caza critica que también se contempló en los borradores previos recurrir a los enterramientos en los cotos sociales, algo que no incluye el texto definitivo y plantean «no cumplirlo»