El PSOE exige al Gobierno un plan para frenar el problema; a diario hay decenas de hurtos de animales, gasóil, material de riego y herramientas
Animales vivos, productos agrícolas como aceitunas o fresas, material de riego, gasóil, herramientas, equipos generadores... Se roba de todo y las víctimas son las mismas: los propietarios de explotaciones agrícolas y ganaderas de todo el país. El año pasado hubo más de 15.000 sustracciones en el campo, decenas y decenas de casos al día. La situación, lejos de mejorar, ha ido en aumento, según denuncian las organizaciones agrarias que sostienen que estos delitos han crecido hasta un 30 por ciento en algunas zonas.
Organizaciones como la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos alertan de que en algunas zonas ese aumento de casos se ha disparado hasta el 150 por ciento. Ante esta situación (se ha detectado a organizaciones criminales dedicadas al nuevo negocio), el PSOE ha exigido al Gobierno una respuesta nacional inmediata, a través de una proposición no de ley con diez propuestas.
El portavoz socialista de Interior, Antonio Trevín, y el portavoz de Agricultura, Alejandro Alonso, la explicaron ayer y concretaron sus medidas en cuatro puntos: más guardias civiles en el mundo rural; un nuevo plan de seguridad específico en el que puedan participar los afectados; vigilancia concreta con un plan de intervenciones periódicas de inspección para comprobar la venta de productos del campo y el material e incluir el riesgo de robos en explotaciones agrarias en el Plan nacional de seguros agrarios y, por tanto, tener acceso a los seguros subvencionados por el Ministerio.
Alonso alertó de que «estamos ante un problema de seguridad y un problema económico que está poniendo en riesgo la economía de muchas explotaciones agrícolas y ganaderas». Y aportó otro elemento: hay un problema de seguridad alimentaria porque la producción que se roba está siendo vendida en mercados y mercadillos en muchos casos sin someterse a ningún tipo de control.
Ya existen planes específicos para controlar las infracciones penales en explotaciones agrícolas y ganaderas porque este incremento de robos en el campo empezó en 2011; igualmente se han intensificado los controles de libros de registro y documentación en chatarrerías y determinados establecimientos comerciales para controlar el material robado. Pero, a tenor de los datos de las organizaciones del campo, las medidas están resultando claramente insuficientes.
Noticia de abc.es