No se puede prescindir de los vínculos con seres humanos
Otro asunto es que no hay que llegar a tratar a los animales como si fueran personas, o como si fuesen nuestros hijos, por ejemplo. La relación con nuestra mascota puede traer aspectos muy positivos, pero también puede servir para todo lo contrario cuando la dejamos de tratar como lo que es, un animal.
Pilar Jiménez comenta que "es una cuestión emocional" porque se crea con el animal "un vínculo excesivo". Lo que pasa es que "durante la vida de la mascota es muy difícil que la relación sea patológica, otra cosa es lo que suceda cuando el animal muera", dice la psicóloga. No podemos dejar que la muerte de nuestra mascota nos afecte de la misma forma que lo haría la de un familiar cercano.
La enfermedad puede apreciarse cuando la persona no tiene un vínculo con ningún ser humano y sí una relación excesiva con la mascota. De ahí que los que responden al cuadro tipo de estos enfermos sean ancianos que normalmente están solos. "Hay gente que no sale de viaje nunca por no pasar tiempo sin su gato y toda su vida gira en torno a él", dice Jiménez y asegura que "anteponen el bienestar del animal al suyo propio".
Se puede prevenir el problema manteniendo siempre un vínculo cercano con alguien
Otra característica de los que pueden llegar a tener esta patología son las personas que o no tienen hijos o viven muy lejos de ellos, con lo que "suplen esta falta de relaciones cercanas con un animal". Una forma de prevenir un posible problema es "mantener siempre un vínculo cercano con alguien".
Volviendo al caso de la herencia de Tommaso, la psicóloga alude a que "le llama la atención que el entorno no supiese de la fortuna de la señora, de lo que se traduce que hay una falta de vínculos personales con su entorno porque si no, alguien lo sabría".
Pilar Jiménez recomienda que "aunque cuidemos del animal y mantengamos nuestra responsabilidad sobre su cuidado, la prioridad debe ser siempre la persona y todas las facetas de su vida. Cuando sólo gira en torno al animal, hay un problema".
Según su experiencia, la psicóloga comenta que no ha conocido casos en los que esta relación de dependencia se dé con animales no interactivos como tortugas, pájaros o peces. Tampoco con las nuevas "mascotas digitales" como el tamagotchi o los videojuegos sobre el cuidado de animales porque "no es lo mismo", ya que no se trataría de un "vínculo emocional", pero nunca se sabe hasta dónde puede llegar la mente humana.
Npticia de elconfidencial.com