Un perro expone a más de 100 veterinarios a la peste negra
Un perro en Colorado ha expuesto a 116 veterinarios a la peste negra, enfermedad que arrasó Europa durante la Edad Media. Al principio fue descartada en el diagnóstico, ya que la peste no es habitual en cánidos
Un estudio publicado en la revista Emerging Infectious Diseases analiza este caso veterinario en el que 116 personas y 46 animales hospitalizados en un hospital veterinario en el norte de Colorado (Estados Unidos) quedaron expuestos a la peste negra, más concretamente a la peste neumónica en diciembre de 2017.
El caso, en el que afortunadamente ningún veterinario se contagió de la enfermedad mortal, es raro, ya que, aunque más normal en gatos, no es habitual que los perros contraigan la peste negra. Por ello, en un primer momento los veterinarios descartaron que se tratase de esta enfermedad zoonótica.
Al hospital llegó un perro de tres años de raza mixta que presentaba un cuadro de letargo y fiebres. Los veterinarios le administraron antibióticos, pero el animal empezó a toser sangre, y los dueños explicaron que el can había olisqueado un perrito de las praderas muerto, una especie conocida por portar la bacteria de la peste (Yersinia Pestis). Los veterinarios consideraron que el diagnóstico de peste era extremadamente improbable, debido a que las infecciones producidas por Yersinia Pestis suelen acontecer entre abril y octubre.
Transcurridos dos días, los profesionales decidieron comprobar si había presencia de bacterias de la peste, pero consideraron que los resultados podrían estar equivocados, así que decidieron utilizar un protocolo de prueba de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Los resultados del protocolo fueron positivos. Además, desvelaron que el animal sufría por el tipo más grave y peligroso, la llamada peste neumónica o pulmonar. Una enfermedad que puede llegar a propagarse, tanto a animales como a personas a través de una gota de saliva.
El informe señala que el perro, antes de que se determinara la infección por Yersinia Pestis, fue transportado por todo el hospital y estaba en una jaula de oxígeno que tenía ventilación, lo que pudo exponer al personal de varios servicios, además de los trabajadores que manipulan muestras en el laboratorio.
En total calculan que por lo menos 116 miembros del personal veterinario quedaron expuestos a la enfermedad antes de diagnosticar la peste. Desafortunadamente, el perro tuvo que ser sacrificado el mismo día que determinaron que estaba enfermo de peste pulmonar, ya que los veterinarios no guardaban esperanzas de que mejorara.